Economía

La izquierda valenciana saca adelante su tasa turística

  • La Comunidad Valenciana se suma a Baleares y Cataluña
  • Su impacto será limitado al quedar en manos de cada ayuntamiento
  • El alcalde de Valencia defiende aplicarla, frente al rechazo de alcaldes de PSPV y PP
Puig durante la sesión parlamentaria.
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La Comunidad Valenciana se convierte en la tercera comunidad autónoma española que aprueba una tasa para gravar el turismo, después de Baleares y Cataluña. Les Corts Valencianes han aprobado con los votos a favor de los partidos de izquierda que forman parte del Gobierno de coalición una medida a la que el propio presidente valenciano, Ximo Puig, se ha mostrado contrario en varias ocasiones. De hecho, el socialista no aplaudió al conocerse el resultado de la votación, frente a la euforia de otros miembros de su Gobierno.

La implantación de esta tasa a los turistas era una de las banderas electorales de Podemos en la región, a la que también se sumó Compromís. Tras siete años de continuos tira y afloja con sus socios socialistas, las dos fuerzas lograron arrancar el compromiso de tramitar este año la nueva ley en las negociaciones de los anteriores presupuestos.

Sin embargo, el impuesto incluido en la norma aprobada finalmente tendrá un impacto bastante limitado, ya que en la práctica su aplicación será más municipal que autonómica. La decisión para cobrarla o no queda en manos de cada ayuntamiento.

Para ello, se ha recurrido a una retorcida fórmula por la que, a la vez que se crea el tributo, la propia Generalitat Valenciana aprueba una exención del 100% para el mismo y se permite a los municipios crear un recargo por los mismos importes que fija una ley que el propio Ejecutivo autonómico no aplicará.

Oposición del sector

El rechazo a esta tasa no solo procede de la patronal autonómica CEV y la asociación hotelera Hosbec, que consideran que ataca a uno de los motores económicos valencianos, especialmente en los destinos internacionales de sol y playa con una fuerte competencia en precio como Benidorm.

"Es un impuesto inoportuno que viene a castigar todavía más a empresas que no han superado aún los efectos de la crisis del Covid y que está inmersa en una compleja situación económica derivada de la inflación", señalaron desde la patronal hotelera. Además considera "que va a premiar al turismo menos sostenible: al no regulado y que no crea empleo, y todo el que se desarrolla en torno a la economía sumergida".

Ribó, su principal defensor

Los propios alcaldes socialistas de grandes municipios valencianos ya han anunciado que no aplicarán esta tasa, que además no entrará en vigor hasta 2024. A ellos se han sumado ayuntamientos controlados por el PP, como Alicante o el propio Benidorm.

De momento, solo Valencia, con el alcalde de Compromís Joan Ribó a la cabeza, está dispuesta a asumirla, aunque también su aplicación ha sido motivo de varios roces con sus socios socialistas en el consistorio.

Pese a que el resultado final poco tiene que ver con la limitación para todo el territorio planteada cuando los partidos de izquierdas llegaron a la Generalitat, la tasa aprobada permite a los socios de Puig un triunfo ante su electorado poco antes de los próximos comicios autonómicos. Una cita en que la política fiscal es una de las piedras angulares del PP frente a Puig y sus aliados.

De 0,5 a 2 euros por noche

La nueva regulación establece unas cantidades que van de 0,5 euros por noche en camping y hostales a 2 euros por noche en hoteles de cuatro estrellas o superiores. También se fija 1,5 euros al día para los pasajeros de cruceros y viviendas turísticas de categoría superior. También hay un máximo de siete días a cobrar y excepciones: menores de 16 años o el Imserso, que la propia Generalitat subvenciona a los hoteleros por los bajos precios fijados por el Estado.

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