La creación de una tasa turística en Comunidad Valenciana es un pulso recurrente entre los tres partidos del Gobierno valenciano de izquierdas. La presión de Compromís y Podemos, que lo incluyeron en sus promesas electorales, ha logrado que entre en fase de tramitación, pese a los recelos socialistas del propio presidente Ximo Puig y del secretario de Turismo Francesc Colomer.
El último capítulo del tira y afloja de un culebrón que se prolonga varios veranos ha sido la publicación de un estudio encargado a la Universidad de Alicante por la propia Generalitat. El informe La tasa turística: Un análisis sobre su idoneidad en la Comunitat Valenciana se muestra contrario a la aplicación de ese impuesto en base a seis argumentos.
1 Mayor peso del turismo residencial. Los autores del informe comparan el sector valenciano con las dos autonomías donde se aplican tasas similares, Cataluña y Baleares. Uno de los argumentos de sus defensores es que su aplicación en ambas regiones no ha mermado el turismo. Sin embargo, el informe considera que no se tiene en cuenta que en el caso valenciano predomina el turismo residencial, que quedaría fuera de la tasa planteada. La Comunidad Valenciana es la primera segundas residencias de toda España, con más de 655.000 y una de cada seis segundas de todo el país. Mientras que en Baleares el 80% de los turistas utilizan alojamientos reglados y en Cataluña el 60%, en la Comunidad Valenciana ese porcentaje se reduce al 44% y apenas al 22% de las pernoctaciones totales.
2 La aportación fiscal del sector. Otro de los argumentos que rebate el informe es que los turistas no aportan ingresos y aumentan los gastos en servicios públicos. Los autores recogen que el sector turístico aportó 3.849 millones de euros en impuestos en la Comunidad Valenciana en 2019, el 15,3% del total recaudado, según los datos del informe Impactur. De ellos, 1.896 millones corresponden a impuestos ligados a la producción y los productos y servicios y el impuesto de sociedades suponía 582 millones. Unas cifras que convierten los 52 millones que se prevé recaudar con la tasa en una cifra insignificante. Además, apunta que el 30% del turismo procede de la propia región, lo que diluye ese supuesto efecto compensatorio para captar ingresos foráneos.
3 Menor rentabilidad de los hoteles valencianos. Un punto recurrente de Compromís y Podemos para justificar la tasa es que ningún turista desecha un destino porque le cueste 1 ó 2 euros más la noche. El informe reconoce que eso ocurre en destinos muy maduros y con una elevada rentabilidad. Una realidad que sin embargo no es la que vive el sol y playa valenciano, con ingresos por habitación un 40% inferiores a los de Calvià o Sitges. Ni siquiere en el caso de Valencia capital cuyos ingresos por habitación están por debajo de la media de las grandes ciudades españolas y 40 euros más barata que en Barcelona. Además, el estudio recuerda que en la anterior crisis "fue necesaria prácticamente una década para poder recuperar los precios de 2007".
4 Turoperadores y competencia. En esa línea, otras de las peculiaridades del sector valenciano que apunta es la relevancia de los turoperadores internacionales que absorben buena parte de las plazas y "para los que el factor precio es importante". El informe defiende que "si fuera tan fácil incrementar el precio de la habitación en dos euros por persona y día, sin duda los hoteles ya lo estarían haciendo", pero precisamente la competencia existente en ese mercados con otros destinos más baratos del Mediterráneo lo dificulta y supondría restar competitividad.
5 Discriminación de Benidorm. En estudio considera que la aplicación de la tasa turística en la no se relaciona "con la actividad turística en general sino con un determinado modelo de desarrollo turístico" y más en concreto con el de Benidorm, la capital turística de la Costa Blanca. Según el estudio, que hace hincapié en que el modelo compacto de esa ciudad reduce el impacto ambiental, un tercio de la potencial recaudación se cebaría en ese municipio.
6 Falta de oportunidad. Los expertos de la Universidad de Alicante consideran que recuperación del sector tras la pandemia no llegará con la mera recuperación de la demanda, sino que "requerirá un plazo muy superior para hacer frente a las deudas contraídas". A ello suma los efectos de "la elevada inflación y la incertidumbre ligada a la guerra de Ucrania" que afectará al consumo para considerar que es el momento menos oportuno.