
El nuevo primer ministro británico, Rishi Sunak, sigue explorando cómo tapar el abultado agujero fiscal de Reino Unido, agravado con la convulsión política de las últimas semanas que acabó con su antecesora, Liz Truss, fuera de Downing Street en apenas mes y medio y con su programa de recortes de impuestos hecho trizas. Las estimaciones del equipo de Sunak es que se pueden obtener hasta 50.000 millones de libras al año recortando gastos y subiendo impuestos.
Las pretensiones de Sunak y de su canciller del Tesoro, Jermey Hunt, mantenido en el cargo por el nuevo premier, llaman la atención en la medida en que suponen las 'antípodas' de las promesas de Truss. En el mini-presupuesto presentado a finales de septiembre, la ya exprimera ministra y su entonces canciller del Tesoro y amigo, Kwasi Kwarteng, avanzaron recortes de impuestos por valor de hasta 45.000 millones de libras al año sin financiación.
Según ha adelantado el Financial Times y han confirmado otros medios como Bloomberg, Sunak y Hunt, el hombre que pilotó el giro de Truss tras el cese de Kwarteng, quieren un margen adicional para un agujero fiscal de 35.000 millones de libras, según los cálculos del Tesoro.
En una nota de hace días, los analistas de Bank of America (BofA) avisaban del agujero fiscal dejado por Truss: "Los medios de comunicación han filtrado que la OBR (Oficina de Responsabilidad Presupuestaria, el organismo oficial de control del presupuesto) estimó un agujero de 72.000 millones de libras en el presupuesto anual del gobierno tras el mini-presupuesto. Todos los cambios de rumbo hasta el momento cubren alrededor de 33.000 millones de libras de ese agujero, lo que deja 39.000 millones de libras por delante".
"El canciller Hunt sugirió que encontraría esos 40.000 millones de libras al año con recortes de gastos. Esto nos parece inverosímil. 40.000 millones de libras equivaldrían al 16,5% del gasto diario de los departamentos del gobierno que no sean sanidad, educación y defensa", añadían.
La idea es que el plan fiscal a medio plazo que el gobierno presentará el próximo 17 de noviembre -Sunak lo ha aplazado respecto al 31 de octubre previsto inicialmente, tenga credibilidad en los mercados. El nuevo primer ministro ha explicado que retrasa la presentación de este paquete con el fin de tener más tiempo para tomar "decisiones correctas" sobre la economía británica tras los "errores" cometidos.
Funcionarios presentes en las reuniones de Sunak han relatado a Bloomberg que se ha comentado la posibilidad de que el crecimiento sea considerablemente inferior a las previsiones oficiales más recientes de la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria (OBR). Esto tendrá el efecto de reducir las proyecciones de ingresos fiscales, lo que aumentará el tamaño del agujero presupuestario que hay que cubrir, aseguran.
Esa cifra de 50.000 millones de libras se reduciría si el Banco de Inglaterra (BoE) pudiera persuadir a los mercados financieros la próxima semana de que los planes fiscales del gobierno le permiten subir los tipos de interés menos de lo que se pensaba anteriormente para hacer frente a la alta inflación. El Comité de Política Monetaria del BoE se reunirá para fijar los tipos el jueves.
Como en la 'gran austeridad'
El enorme ajuste presupuestario, de alrededor del 2% del PIB según los cálculos del FT, sería el equivalente al presupuesto de austeridad del canciller George Osborne en 2010 si la mayor parte de la cifra se asegurara mediante recortes de gastos. En previsión de ello, Downing Street ha preparado el terreno para decisiones muy impopulares sobre impuestos y gastos, incluso al negarse a comprometerse a aumentar los beneficios sociales al mismo nivel que la inflación el próximo abril.
A falta de saber qué medidas pueden llevar a esta cifra, Downing Street se ha negado a decir qué hará con el compromiso electoral de los conservadores en 2019 sobre el conocido como 'triple bloqueo', que garantiza que las pensiones estatales se actualicen cada año según el indicador que haya subido más entre la inflación, el incremento medio de los salarios o el 2,5%.
Mientras tanto, Hunt está buscando aumentar la tasa del impuesto sobre las ganancias extraordinarias para los productores de petróleo y gas. Sunak, como canciller con Boris Johnson, introdujo un 25 % de impuesto a los beneficios de las energéticas este año sobre las ganancias obtenidas de la extracción de petróleo y gas del Reino Unido.