
José María Carulla es director del servicio de estudios de Marsh España y director general de Marsh Risk Consulting. Este experto en riesgos cree que en un mundo lleno de incertidumbre es fundamental estar preparado para lo que pueda venir, por ello conocer los riesgos a los que se enfrenta el globo puede ayudar a empresas y países a tomar las precauciones necesarias. Carulla ha compartido con elEconomista las claves del Informe de Riesgos Globales 2021, el célebre documento elaborado anualmente por el Foro Económico Mundial de Davos en colaboración con Marsh.
-La crisis está afectando sobremanera a los más jóvenes, ¿qué impacto puede tener esta crisis sobre el futuro laboral de esta generación?
Uno de los riesgos que entran con más fuerza es el descontento de los jóvenes. Uno de los términos que acuña el informe es el de generación 'pandemial', aquellos jóvenes entre 15 y 25 años que han tenido la desgracia de padecer en algo más de una década dos grandes crisis. Estos jóvenes se van a encontrar durante su acceso al mercado laboral que han estado trabajando en los sectores más azotados por la crisis, al final esto puede afectar la estabilidad de sus trabajos, también se han encontrado con que se tienen que formar a distancia, pero no todo el mundo tiene acceso a la tecnología para mantener una conectividad digna con las escuelas, esto nos podría hacer retroceder 25 años en lo que hemos avanzado en la igualdad.
Estos jóvenes tienen un futuro incierto en un mercado laboral que está cambiando hacia un entorno completamente diferente y el 60% de la población no está preparada para este cambio . Estamos ante un terremoto que va a cambiar completamente el escenario competitivo. Las pymes que emplean el 70% de la masa laboral se están enfrentando a una situación en la que no pueden adaptarse a las nuevas tecnologías, han sufrido interrupciones en sus cadenas de suministro u otras no han podido adaptarse al nuevo mercado.
-España tiene varias carencias: la inversión en I+D, bajos niveles de digitalización e incluso dificultades para ejecutar el gasto con el dinero que recibe de la UE. ¿Todo esto puede lastrar la recuperación económica respecto a la de nuestros socios europeos?
El informe destaca estos puntos, y cómo se gestionen las ayudas será importante, la desigualdad digital por las diferencias de acceso, el impacto social y la brecha que todo esto puede ocasionar. Pero el informe a lo que debe ayudarnos es a conocer cuáles son las claves para abordar estos retos, aportando ideas para reaccionar de una forma rápida. No podemos dar una respuesta tan exacta sobre cómo España esta posicionada frente al resto. El informe nos invita a pensar en los retos para ver cómo podemos reaccionar, una vez que podamos trabajar sobre eso tendremos que ver si estamos preparados. Es necesario analizar cómo podemos estimular la colaboración público-privada para abordar estos puntos, pero el informe no llega a un detalle tan exclusivo sobre cada país.
-A nivel global, ¿cuáles son los dos riesgos más importantes para la economía?
La pandemia no deja de ser el riesgo, sobre todo el impacto sobre las personas, el impacto sobre el empleo y la capacidad económica de las personas. A corto plazo también es interesante tener en cuenta que estamos en un nuevo entorno social, pero en el que nos relacionamos virtualmente, este cambio nos está llevando a un mundo nuevo que es el mundo digital y que nos puede influir mucho a corto plazo.
Hay que ser cauto, hay que invertir en mejorar estos aspectos de ciberseguridad porque estamos en un mundo muy digital y virtual, y este paso tan acelerado eleva de forma muy importantes los riesgos. Por último, la cuestión del cambio climático es un riesgo a corto y largo plazo. Es algo que hay que tomarse muy en serio. Por ejemplo los climas extremos, que ahora hemos tenido varios ejemplos, por lo que es un riesgo a muy corto plazo como se ha podido ver al principio de este 2021.
-¿Existe el riesgo de que se fracture la sociedad y la economía a medida que las grandes empresas tecnológicas ganan cuota de mercado y las pymes luchan por sobrevivir?
Esta es una preocupación. La concentración del poder digital ha aparecido este año, lo que está llevando a que ciertos actores hayan entrado de forma muy activa en nuestra vida, los autores del informe lo califican como un riesgo a medio y largo plazo. Sobre la falta de cohesión social, esto es un reto que tenemos por delante, tenemos que crear un terreno de juego equilibrado para todos. La situación económica, la alteración de las relaciones sociales y su impacto hacen que la cohesión social se vea tensionada. Ahora estamos ante una oportunidad para que la recuperación, con los incentivos adecuados, sea una recuperación que solvente el riesgo de cohesión social.
-¿Cómo ve el futuro de las pensiones en los países desarrollados y sobre todo en España?
El cambio del entorno competitivo influirá en el problema de las pensiones, veremos cómo se aborda. Lo que se tiene que hacer es buscar oportunidades y vías que nos permitan ajustar aquellas cuestiones que no están funcionando. Habrá que ver cómo las políticas proteccionistas influyen en los flujos migratorios. En función de cómo los países afronten esos flujos migratorios y las políticas de estímulo locales se podrán considerar unos aspectos u otros. Sin duda abordar el problema de las pensiones tienen que venir relacionado con esa colaboración público-privada, aprovechando la oportunidad que se nos brindará tras la pandemia.
-El informe habla del riesgo de que se esté creando una burbuja de precios en ciertos activos. ¿Qué riesgo existe de que estalle una posible burbuja y de qué plazos hablamos?
El Informe de Riesgos Globales 2021 alerta de la preocupación. En el corto plazo los riesgos que preocupan más son las infecciones, el impacto sobre el empleo, el clima, la ciberseguridad... Mientras que la burbuja en el precio de los activos es una preocupación más a medio plazo (dos y cinco años). Ahora estamos en un rally que no sabemos cómo va a acabar, el informe avisa de que esto puede ser un aspecto crítico de riesgo a medio plazo.
-La deuda pública está cerca de máximos históricos, ¿cuándo puede dejar de ser sostenible?
No sé si puedo responder hasta cuándo es sostenible, pero sí que es una preocupación, el informe lo señala en el medio plazo y es uno de los riesgos que se sostienen en el tiempo. Hay que tener este riesgo en mente, pero no se puede anticipar cuán sostenible puede ser la deuda porque dependerá de múltiples factores externos como internos. Lo importante es que esto esté en la mesa de los grandes grupos de decisión para identificar los riesgos y qué pasa si ocurre y cómo podemos prepararnos.
-¿Cómo puede afectar a nuestra recuperación la lenta vacunación y la dependencia del turismo?
Uno de los aspectos por mejorar es cómo gestionamos la reacción y las vacunas. Lo que hay que hacer es trabajar conjuntamente para que las soluciones lleguen a tiempo a los diferentes países de la forma más igualitaria posible.
Lo que debe hacer la economía española es identificar las oportunidades para el entramado empresarial, sobre todo a partir del nuevo entorno competitivo que se abrirá con los cambios en las cadenas de suministro y el avance de las nuevas tecnologías, por lo que el sector privado deberá estar atento para ver cómo reinventarse y aprovechar las oportunidades de este nuevo entorno. El riesgo puede convertirse en una oportunidad.
-¿Nos ha colocado la pandemia en el buen camino respecto al cambio climático y la reducción de las emisiones?
Sí y no. Sí porque ahora estamos en una situación de respuesta a la crisis que nos ha llevado a reducir la contaminación por temas de movilidad y demás. Pero ahora vamos a tener que recuperarnos y la recuperación económica supone un reto respecto a las emisiones, porque la recuperación debe centrarse en los aspectos igualitarios y verdes.
Lo fácil sería decir que tenemos que salir de esta situación usando, por ejemplo, carbón, entonces en función de cómo se desarrolle esa recuperación habrá que ver si volvemos a confiar en métodos anteriores o aprovechamos para reforzar la transición energética.
La respuesta es que hay esperanzas, pero tenemos que valorar si está mejorando porque ha caído la actividad o porque realmente estamos confiando en una economía más sostenible con el medio ambiente. No debemos perder el foco de que si ha mejorado la situación ambiental, por ahora, es porque nos hemos quedado en casa. Tenemos que centrar la recuperación en cuáles son las mejores medidas para estimular una economía verde y que no caiga en saco roto.