
Nadie se fía. La gestión española de la pandemia del coronavirus asusta a los países del entorno y prueba de ello es la cadena de fracasos diplomáticos que el Gobierno de Pedro Sánchez ha cosechado en las últimas semanas. Varios países alíados -Reino Unido, Francia o Alemania- rechazan que sus ciudadanos viajen a España y la lista de Estados que establece restricciones a los viajeros procedentes de España aumenta y supera ya los 160.
Recogen así las recomendaciones de Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), que abogó porque los turistas extranjeros no aterricen en España. "Un problema que nos quitan", manifestó.
Dicho y hecho. Un día después de que Noruega activase la cuarentena obligatoria de 10 días para todos los viajeros que lleguen a su país desde España, y que copiase las recomendaciones de Francia y Bélgica de no viajar a España, Reino Unido se sumó y la campaña de verano se esfumó. Los británicos son los extranjeros que más visitan las costas españolas.
Al ver cómo se vaciaban las playas, restaurantes, hoteles y comercios -obligados al cierre en muchos casos, como el del ocio nocturno-, el sector pidió la "inmediata dimisión" de Simón. Las autonomías más afectadas, por su parte, destacan su gestión, culpan a las más afectadas -como Cataluña, Aragón y Navarra- y piden corredores seguros para intentar salvar una pequeña parte de las pérdidas millonarias que ya sufren.
Destrucción del sector
El presidente de la Mesa del Turismo, Juan Molas, cree que las consecuencias de la cuarentena británica o las recomendaciones de no viajar a España por parte de Francia o Bélgica son "un desastre en todos los sentidos" para el sector turístico español, que, a su juicio, podría perder cerca de 120.000 millones de euros hasta final de año si no hay mejoras.
Ante tal colapso de la economía, la ministra de Exteriores, Arancha González Laya, intervino. Confía que todo su despliegue ante la cuarentena impuesta por el Gobierno británico a quienes visiten España "dé sus frutos en breve". Laya asegura que "el diálogo continúa y confío en que la solidez de los datos y explicaciones españolas den sus frutos en breve". Por su parte, la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, dice que en Ibiza que el Gobierno está tratando con el Ejecutivo británico de levantar las medidas para Baleares y Canarias "hoy mejor que mañana".
Sin embargo, el primer ministro británico, Boris Johnson, asegura que no cederá y que, en todo caso, aumentará las medidas. El propio embajador británico en España, Hugh Elliott, rechazó dar marcha atrás. "Sabemos lo importante que es el turismo británico para la economía española, pero nuestra prioridad tiene que ser la salud pública", indicó Elliott. "Todos sabemos que ha habido rebrotes y que las cifras de la semana pasada han mostrado una tendencia significativa al alza", añadió.
La situación es catastrófica también entre los extranjeros, muchos británicos, que cuentan con su segunda residencia en España, en las que suelen pasar varios meses al año. La decisión de Hacienda, en contra del convenio internacional marcado por la OCDE, de mantener el límite de 183 días en España antes de considerarles residentes fiscales ha desatado el pavor entre los foráneos. Los extranjeros han huido de forma masiva del país ante el temor de que Hacienda les exija liquidar aquí impuestos por todas sus rentas mundiales.
Tal y como adelantó elEconomista en mayo, Hacienda ha aprovechado así el confinamiento de los extranjeros a los que sorprendió la crisis del coronavirus en sus segundas residencias en España y no podían regresar a sus países para exigirles el pago de impuestos. Cuando finalizó el estado de alarma ya habían transcurrido 174 días del año, solo a 9 del límite de Hacienda. La situación provocó huidas estrambóticas, en barcos y coches, de los extranjeros.
Eurogrupo
Tampoco convence la gestión económica. La Unión Europea rechazó -en contra de las intenciones de Moncloa, que aseguraba que "estaba hecho"- que una española, Nadia Calviño, presidiera el Eurogrupo, el organismo que reúne a los ministros de Finanzas europeos. Calviño vino a decir que la traicionaron, porque tenía apalabrados los votos suficientes.
De este modo, España volvió a perder la presidencia del Eurogrupo en una votación final. En el año 2015 fue el ministro de Economía popular Luis de Guindos el que no pudo vencer al holandés Jeroen Dijsselbloem en la votación definitiva. El comisario de Economía, el socialista italiano Paolo Gentiloni, le advirtió al nuevo presidente que será necesario no solo gestionar la crisis tan profunda que tendrá enfrente, sino "robustecer la eurozona, hacerla más resistente y más sostenible".