Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo, ha reconocido en rueda de prensa que la zona euro se enfrenta a una recuperación económica "significativa, pero desigual y parcial". Además, Lagarde ha asegurado que se está produciendo un fuerte incremento de la 'holgura' en la economía, es decir, que una parte notable de los factores de producción (trabajo, capital y tierra) están ociosos, lo que aleja al PIB de su potencial y la inflación de su objetivo. Por ello, aunque la recuperación económica ya ha empezado, aún se necesita una política monetaria muy expansiva que apoye y solidifique el crecimiento económico, para que las cicatrices en la economía sean lo más pequeñas posibles.
Lagarde: "En nombre de la flexibilidad, para que el programa sea eficiente y proporcionado, tenemos que desviarnos como ha pasado con Italia, Portugal, un poco con Alemania, mientras que nos hemos quedado por debajo de la clave de capital en Francia, pero la flexibilidad es la clave principal que diferencia al PEPP de otros programas de compras"
"La información recibida desde nuestra última reunión de política monetaria a principios de junio muestra una reanudación de la actividad económica de la zona del euro, aunque el nivel de actividad sigue muy por debajo de los niveles que prevalecían antes de la pandemia de coronavirus (covid-19) y las perspectivas siguen siendo muy inciertas", ha declarado la francesa.
"Tanto los indicadores de alta frecuencia como los de encuestas tocaron fondo en abril y mostraron una recuperación significativa, aunque desigual y parcial, en mayo y junio, junto con la contención continua del virus y la relajación asociada de las medidas de contención", ha señalado Lagarde. Desigual porque unos países están superando la crisis mucho mejor y más rápido que otros, pero también porque unos sectores está recuperando los niveles de actividad mucho más rápido que otros. Por ejemplo, el turismo y la hostelería podrían tardar mucho más tiempo en recuperar los niveles previos de actividad a la pandemia.
"La recuperación se encuentra en sus primeras etapas y sigue siendo desigual en todos los sectores y jurisdicciones. Después de disminuir un 3,6% (el PIB), trimestre a trimestre, en el primer trimestre de 2020, se espera que el PIB real de la zona del euro se contraiga aún más en el segundo trimestre", sostiene la presidenta del BCE.
Es cierto que han surgido signos de una recuperación en el consumo, mientras que también ha habido un repunte significativo en la producción industrial. Pero "al mismo tiempo, las condiciones moderadas del mercado laboral y el ahorro de precaución de los hogares están afectando el gasto del consumidor. Las débiles perspectivas comerciales y la alta incertidumbre están frenando la inversión, mientras que la debilidad de la economía mundial está obstaculizando la demanda externa de bienes y servicios de la zona del euro", ha reconocido la abogada francesa durante su discurso.
La debilidad del mercado laboral y la caída de los ingresos reales, junto a la incertidumbre excepcionalmente elevada sobre la evolución de la pandemia y las perspectivas económicas, continúan afectando el gasto del consumidor y la inversión empresarial. "La inflación general se está reduciendo por los precios más bajos de la energía y se espera que las presiones de los precios sigan siendo muy bajas debido a la fuerte caída en el crecimiento del PIB real y el aumento significativo asociado en la holgura económica", ha explicado Lagarde durante el discurso.
La flexibilidad del PEPP
Además, la presidenta del BCE ha querido destacar la flexibilidad del programa de compras contra la pandemia. Este programa, aunque tiene un tamaño de 1,350 billones, puede usarse de forma flexible: las compras pueden variar cada semana o mes, no tienen que seguir un ritmo mensual como el resto de programas de compras. Por otro lado, se puede usar para evitar la fragmentación financiera en la zona euro, por lo que si hay tensión en la deuda italiana, el BCE puede comprar más bonos italianos de forma temporal para que la política monetaria se transmita de la misma forma en todas las jurisdicciones.
"En nombre de la flexibilidad, para que el programa sea eficiente y proporcionado, tenemos que desviarnos como ha pasado con Italia, Portugal, un poco con Alemania, mientras que nos hemos quedado por debajo en Francia, pero la flexibilidad es la clave principal que diferencia al PEPP de otros programas de compras, aunque la convergencia tendrán lugar en algún momento, ahora estamos aprovechando la flexibilidad", ha destacado Lagarde.
En cuanto al fondo de recuperación que negocian los países para la zona euro, Lagarde ha señalado con resignación que "las cosas en Bruselas llevan tiempo y mucho esfuerzo, los lideres políticos deberían enviar una señal clara al mundo, al mercado, no se puede perder el tiempo". La aprobación de este fondo está encontrando la oposición frontal de países como Holanda, una de las economías más importante de la Unión Europea.
Este fondo contará con una parte importante de subvenciones a fondo perdido que irán a parar a los países que más lo necesiten. Por otro lado, también se concederán créditos blandos que deberán ser devueltos. Lagarde ha insistido en que el paquete final "debe aprobarse rápido y ser ambicioso", el tiempo es clave para que la recuperación no sea desigual y genere mayores divergencias en la UE.
Una parada técnica
En cuanto la parte técnica de la reunión, el Banco Central Europeo se ha tomado un descanso temporal. Tras unos meses muy convulsos por la crisis causada por el covid-19, el BCE ha dejado intactos los tipos de interés: el de depósito (donde los bancos aparcan su liquidez) en el -0,5%, el principal en el 0% y el de facilidad marginal de crédito en el 0,25%. Tampoco ha aportado más información sobre el programa de compras contra la pandemia (PEPP), que seguirá activo hasta junio de 2021. Finalmente, el instituto monetario ha mantenido sin cambios el sistema de tramos que calcula las reservas de las banca que están penalizadas al -0,5%. Lagarde ha explicado "que ahora mismo no ven ninguna razón para cambiar este multiplicador, pero cuando sea necesario se podrá modificar".
"Tanto las autoridades fiscales como las monetarias siguen lidiando con la recesión. Aún así, el BCE probablemente ha hecho lo suficiente el mes pasado para tomarse un respiro en su reunión del Consejo de Gobierno este jueves", asegura Gilles Moëc, economista jefe de Axa.
En las últimas dos semanas algunos miembros del Consejo han mencionado la posibilidad de que el banco central no tenga que gastar todo lo que ha previsto desde el comienzo de la crisis, algo que parece muy complejo de comunicar sin generar grandes turbulencias. En este aspecto, Lagarde solo ha incidido en la flexibilidad del PEPP, lo que da gran margen al banco central para modificar las compras o desviarse de las claves de capital para adquirir más deuda de los países bajo presión.