Se acerca la cumbre "histórica" de la UE de este fin de semana, tal y como la definió el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y los Estados miembros aparecen cada vez más atrincherados en sus posiciones. El acuerdo ya se adivinaba muy complicado para sacar adelante el fondo de recuperación de 750.000 millones de euros. Pero las visitas y llamadas de los últimos días entre los jefes de los 27 Ejecutivos no están sirviendo demasiado para salvar las enormes diferencias, y que también afectan al presupuesto plurianual de un billón largo de euros para los próximos siete años.
Para España, Holanda se está desmarcando entre 'los Frugales' del Norte como el más antagonista frente a sus propuestas, según explican fuentes diplomáticas. Porque La Haya quiere recortar la ambición del fondo de ayuda, exige un control más férreo de los fondos, y pide reformas más ambiciosas a cambio.
El ministro de Asuntos Exteriores holandés, Stef Blok, volvió a señalar que España y el resto de países deben cumplir con las recomendaciones dadas por la Comisión para reformar sus economías para acceder a la ayuda.
"Todos queremos ver la economía europea más fuerte", dijo en una conversación con un grupo de medios europeos, entre ellos elEconomista. Pero eso implica "tomar las necesarias reformas económicas" porque ninguna inyección financiera puede sustituirlas.
Blok hizo referencia a las medidas que adoptó su país en años anteriores en el sistema de pensiones, el mercado laboral o vivienda. Al ser preguntado por las medidas que esperaría de España para desbloquear la ayuda, Blok asegura que su país no está dictando qué medidas deben adoptar los países. Hace referencia a las recomendaciones que dictó la Comisión en 2019, porque Bruselas aflojó la presión en sus peticiones de este año a causa del covid-19.
"Lo único que pedimos es que las recomendaciones específicas por país de 2019 sean la base para los desembolsos del fondo de recuperación".
En las recomendaciones del pasado año, Bruselas pidió a nuestro país un ajuste estructural del 0,65% del PIB (unos 8.000 millones de euros), preservar la sostenibilidad de las pensiones, y favorecer la transición hacia los contratos indefinidos, simplificando el sistema de incentivos, entre una larga lista de peticiones.
Al mismo tiempo, Blok insiste en que la aprobación de los desembolsos de la ayuda se tome por unanimidad, propuesta a la que se opone una mayoría de países, y que tampoco es bien recibida en la Comisión.
El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, ha propuesto un mecanismo especial, "un freno de emergencia", con el que otorgaría en circunstancias excepcionales la capacidad a las capitales para frenar la concesión de la ayuda. Una idea que se aleja del consenso, pero que suena bien en Holanda. "Cualquier instrumento que permita a cada Estado miembro decidir si las reformas han sido suficientes (para otorgar la ayuda) podría ser una solución".
Este sistema "ad hoc" que plantea Michel genera dudas desde el punto de vista tanto práctico como jurídico, señalan fuentes diplomáticas españolas. Apuntan que la involucración de los Estados miembros en la aprobación de los desembolsos de la ayuda puede provocar retrasos innecesarios.
A pesar de las notables diferencias, las fuentes consultadas consideran que se está "bastante cerca del acuerdo" en la cumbre. "Me gustaría pensar que este fin de semana tengamos un acuerdo", remata un diplomático.
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