Economía

Draghi (BCE) asegura que a partir de ahora la inflación no tendrá un tope en el 2% a corto plazo

  • El BCE se abre a comprar nuevos activos entre los que podrían estar las acciones
  • Pero el italiano no ha querido dar pistas sobre tipos ni QE
  • Estudia implementar un sistema de tramos para reducir el daño a la banca
Mario Draghi, presidente del BCE, camino junto a Luis de Guindos, vicepresidente de la institución

Finalmente no ha habido sorpresa con los tipos de interés pero sí con el discurso, con un giro que abre la puerta a medidas más agresivas, de las que sin embargo no se han dado demasiados detalles, posteriormente en rueda de prensa. Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo, ha asegurado que el organismo está listo para actuar hasta que la inflación alcance su objetivo de forma simétrica (por lo que podrá superar el 2% cuando haya estado por debajo de este nivel previamente, una especie de compensación). "A partir de ahora la inflación no tendrá un tope, se podría desviar hacia arriba o hacia abajo, pero promediando un nivel cercano al 2% en el medio plazo", ha señalado el italiano.

Draghi también ha revelado que el BCE podría implementar un sistema de tramos que compense la tasa que pagan los bancos por su exceso de liquidez aparcada en el banco central y reducir así los costes del sector. Además, el instituto se ha mostrado dispuesto a ampliar la gama de activos que puede comprar, lo que abre la puerta que el BCE adquiera acciones en el futuro. No obstante, Draghi ha dejado a inversores y periodistas con la miel en los labios. El banquero no ha querido dar pistas sobre futuros recortes de tipos o sobre la gama de activos que podría incluir en futuros programas de compras (QE por sus siglas en inglés), enfriando las expectativas que había generado el comunicado previo.

En lo referente al precio del dinero, el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo ha mantenido los tipos de interés sin cambios, lo que deja la reunión de septiembre como la cita en la que se podría producir el recorte de tipos. Las expectativas del mercado no han podido con la idea inicial de Mario Draghi y el resto del Consejo de Gobierno, que han mantenido el tipo de interés principal de refinanciación en el 0%, mientras que el tipo aplicado a la facilidad de préstamo continuará en el 0,25% y el interés de la facilidad de depósito seguirá en el -0,40%.

Pero el Consejo de Gobierno, en su comunicado, ha puesto toda la carne en el asador dejando claro su postura acomodaticia con un mensaje revolucionario sobre los objetivos de inflación. Si las perspectivas de inflación no se cumplen a medio plazo "está decidido a actuar, en línea con su compromiso de simetría en el objetivo de inflación".

De esta manera, el BCE introduce una mayor flexibilidad en su mandato para los precios, para que puedan superar durante en periodo de tiempo prolongado el 2%, tal como se filtró la semana pasada. Por la tanto, el BCE "está dispuesto a ajustar todos sus instrumentos para garantizar que la inflación se mueva hacia su objetivo de manera sostenida", reza en el comunicado.

El cambio de discurso ha sido importante porque en principio una medida de tal calado se pensaba que iba a ser a medio plazo y Draghi ha dicho que a partir de ahora la aproximación a la inflación será "simétrica". En la práctica y en el actual contexto actual, implica que el BCE tendrá más margen de maniobra para aplicar continuar con los estímulos económicos hasta que esté arraigada la inflación.

Alivio para los bancos: habrá sistema de tramos para paliar los efectos negativos

Además, el BCE ha anunciado la aplicación de un sistema de tramos podría suponer un antes y un después para la banca, que actualmente paga 7.500 millones de euros al año por 1,8 billones de euros de exceso de liquidez que acumula en el instituto monetario. Con este medida el BCE reconocería que los tipos negativos están haciendo más mal que bien a la rentabilidad de la banca, pese a que durante meses dijera que no influyen en la baja rentabilidad de la banca.

Draghi ha explicado durante la rueda de prensa que los sistemas de tramos implementados en países (como por ejemplo Suiza o Japón) pueden servir de guía si finalmente el BCE termina poniendo en marcha esta herramienta para minorar los costes de la banca. 

Para todo ello, el Consejo de Gobierno ha encomendado al Comité del Eurosistema la tarea de buscar nuevas opciones como reforzar la comunicación sobre el futuro de los tipos de interés (forward guidance), o las medidas para mitigar el daño a la banca como un sistema de tramos sobre la remuneración de las reservas de la banca.

¿Comprará acciones el BCE?

Por otro lado, una frase muy relevante y que aparece al final del comunicado es la posibilidad de que el BCE amplíe la gama de activos que puede comprar. Esto quiere decir que el banco central podría abrir su balance a la compra de acciones o de crédito bancario, por ejemplo. 

Hasta el momento, el programa de estímulos del BCE se ha basado en la compra de bonos soberanos y corporativos en el mercado secundario. Ampliar la amalga de activos daría más margen de actuación (y espacio) al BCE para ampliar el balance y su influencia en el mercado.

Draghi ha destacado que desde la última reunión ha habido señales mixtas (pero las negativas tienen más fuerza), pero las incertidumbres globales están lastrando el sector industrial en la Eurozona a la vez que la inflación se mantiene totalmente apagada. Por ello, el banquero italiano cree que todavía se necesita un grado amplio de acomodación monetaria y estímulos.

Las perspectivas para la industria han ido de mal en peor y eso podría contagiar a otros sectores y a toda la Eurozona

El crecimiento de la Eurozona se va a ralentizar en el segundo y tercer trimestre de este año. Mientras que el sector industrial pierde fuerza, el sector servicios y la creación de empleo mantiene viva la actividad global en la Eurozona aunque con un avance inferior, a la par que los riesgos a la baja siguen siendo superiores. 

En el medio plazo la inflación se incrementará según las previsiones del BCE gracias a las medidas de política monetaria y a la mejora del mercado laboral, que está desembocando en subidas de los salarios.

En su reunión de marzo, el instituto emisor retrasó hasta finales de 2019 la posible primera subida de los tipos de interés, mientras que en junio actualizó su hoja de ruta de nuevo, por lo que ahora estima que los tipos se mantendrán en su nivel actual al menos hasta el primer semestre de 2020.

Desde entonces, el presidente del BCE, Mario Draghi (y otros miembros del Comité Ejecutivo), ha dado señales al mercado de que está dispuesto a aprobar una nueva ronda de estímulos antes de pasarle la patata caliente a quien probablemente será su sucesora, Christine Lagarde.

La importancia de Sintra

En un discurso pronunciado en Sintra (Portugal) durante un evento celebrado por el BCE, el banquero italiano adelantó que, en caso de que no mejoraran las perspectivas serían "necesarios" estímulos adicionales, incluyendo una rebaja de tipos de interés o la reactivación de las compras netas de activos.

"El discurso de Draghi en Sintra dejó claro que la pregunta sobre la previsión a corto plazo para el BCE no es qué sorpresas negativas son necesarias para que el BCE recorte tipos sino qué sorpresas positivas podrían evitar que el BCE recorte tipos", ha explicado el economista jefe de ING Alemania, Carsten Brzeski.

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