
El Banco Central Europeo está estudiando imponer diferentes tramos al tipo sobre la facilidad de depósito que ahora mismo tiene un tramo único del -0,4%. Esta tasa negativa está dañando la rentabilidad de los bancos que guardan en el BCE su exceso de reservas bancarias (dinero que mantienen ocioso el banco central), que en la actualidad superan los 1,2 billones de euros. A esto hay que sumar los 656.000 millones de euros que mantienen en la facilidad de depósito. Ambas cantidades conforman el denominado 'exceso de liquidez' que suma cerca de 1,9 billones de euros y está penalizado con el -0,4%. La banca celebra este movimiento con fuertes subidas en Bolsa.
De este modo, el BCE podría 'echar una mano' a la banca estableciendo un mecanismo por el que una parte del exceso de reservas no estuviera penalizado con el -0,4%, algo que, por ejemplo, ya hace el Banco de Japón. Esta es la fórmula que se puede entresacar de las palabras pronunciadas hoy por Mario Draghi, presidente del BCE, durante un discurso este miércoles en Frankfurt: "Necesitamos reflexionar sobre posibles medidas que preserven los efectos favorables de los tipos negativos para la economía, mientras que mitigamos los efectos secundarios, si los hay".
Así, Draghi ha abierto la puerta a tomar medidas para paliar el efecto adverso de los tipos negativos sobre el sector financiero. El banquero italiano ya habló sobre esta cuestión en la última reunión del organismo y declaró que necesitaban "examinar esta cuestión con mayor profundidad", lo que ya supuso un paso hacia adelante para se produzcan cambios en la forma en que se remuneran/penalizan el exceso de reservas. Fuentes de la agencia Reuters confirman que esta puede ser la vía que adopte el BCE para reducir los daños colaterales que está sufriendo la banca por los tipos negativos.
Las reservas son el activo más líquido que los bancos mantienen en el banco central de su jurisdicción para hacer frente a las salidas de depósitos y otros movimientos. Las entidades de crédito tienen la obligación de mantener un determinado nivel de reservas obligatorio por seguridad, un porcentaje de determinados pasivos. En la Eurozona este nivel imperativo es de 127.900 millones de euros, y está remunerado al 0% (tipo principal de refinanciación o REFI rate).
El problema es que los bancos acumulan 1,2 billones de reservas que superan el nivel obligatorio (exceso de reservas) y que son las que están penalizadas con el -0,4% (tipo sobre facilidad de depósito). Además, las entidades tienen 656.000 millones de euros en la propia facilidad de depósito (donde los bancos realizan depósitos a un día en su banco central nacional), lo que suma cerca de 1,9 billones de euros que están penalizados por los tipos del BCE.
El BCE podría estar 'cobrando' a los bancos alrededor de 7.200 millones de euros al año. Este tipo negativo o penalización tiene como objetivo que los bancos reduzcan sus reservas en favor de la concesión de crédito a la economía real a un tipo de interés bajo. Pero tras la Gran Recesión, el crédito no fluye de igual forma y el dinero se acumula en reservas y activos muy seguros y líquidos (una especie de trampa de liquidez).
La rentabilidad de los bancos
Los bancos argumentan que este tipo negativo está lastrando sus resultados, lo que a su a vez afecta a su capacidad para conceder crédito. Ante ese bucle, algunos expertos creen que el BCE podría tomar ejemplo de otros bancos centrales y establecer tramos diferentes de remuneración para las reservas que superen el nivel obligatorio. Este mecanismo podría suponer un alivio el sector y su castigada rentabilidad.
Apolline Menut y Alessandro Tentori, economistas de Axa Investment Managers, explican que la prolongación de los tipos negativos impondría mayor presión sobre la rentabilidad de los bancos. "Otros tres años de tipos negativos podría reducir el apetito por el crédito de la banca, un fenómeno explicado por el economista Markus Brunnermeier y conocido como 'La Reversión de los Tipos de Interés'".
Brunnermeier, profesor de Economía en la Universidad de Princeton, explica que esta reversión se produce cuando una política monetaria ultra-expansiva (bajos tipos y masiva compra de activos) termina desembocando en una contracción del crédito (o un aumento de su coste) ante la incapacidad de la banca de traspasar a los depósitos de sus clientes los bajos tipos de interés. Esta situación se agrava a medida que la política expansiva se extiende en el tiempo y el alza de precios de los activos pierde fuelle.
"Conscientes de esto, el BCE podría recurrir a un sistema de tramos como el del Banco de Japón, el Banco Nacional Suizo o el Riksbank sueco que han introducido un límite a al exceso de reservas bancarias que están tasadas con un tipo negativo", comentan los expertos de Axa Investment Managers.
Así funciona en Japón
Cuatro economistas del Banco Asiático de Desarrollo explicaban en un trabajo que este sistema implementado por primera vez por el Banco de Japón consta de tres tramos: el primero remunera las reservas hasta un cierto nivel al 0,1%, el segundo ni remunera ni penaliza (0%) y el tercer tienen una penalización del -0,1%. Estos economistas destacan que "el tipo negativo ha sido suficiente para reducir el rendimiento de la curva mientras que la penalización sobre el sistema bancario ha sido mínimo".
Los analistas de Axa Investment Managers creen que esta medida sería una solución parcial "porque no abordaría el corazón del problema que es la diferencia entre el tipo negativo de la facilidad de depósito y los tipos que los bancos aplican a los depósitos de sus clientes". Se minoraría el coste para los bancos pero el problema de fondo se mantendría.