
Mario Draghi, presidente del BCE, ha concluido (tras varios meses de estudio) que los bajos tipos de interés no están dañando el canal de transmisión de la banca, aunque ha asegurado que seguirá estudiando su efecto sobre las entidades porque puede variar en el tiempo. De este modo, parece descartado un sistema de tramos como el que usan los Bancos de Japón (BoJ) o el Banco Nacional de Suiza y que permite a la banca reducir la tasa que pagan por aparcar su exceso de liquidez en el banco central.
La banca esperaba como agua de mayo esta medida que hubiera aliviado la tasa que pagan al BCE por guardar el exceso de liquidez en el banco central. Tras comunicarse esta decisión, la banca se ha desinflado en las bolsas de las principales ciudades europeas.
El BCE ha estado estudiando los efectos de los tipos negativos sobre la banca en los últimos meses. Los economistas del banco central estuvieron estudiando imponer diferentes tramos al tipo sobre la facilidad de depósito que ahora mismo tiene un tramo único del -0,4%. Esta tasa negativa está dañando la rentabilidad de los bancos que guardan en el BCE su exceso de reservas bancarias (dinero que mantienen ocioso el banco central), que en la actualidad superan los 1,2 billones de euros. A esto hay que sumar los 656.000 millones de euros que mantienen en la facilidad de depósito.
Sin embargo, desde el BCE consideran que los tipos negativos benefician más a la economía y banca incrementando el crédito y reduciendo la tasa de mora, que el efecto negativo sobre el margen de intermediación (lo que reciben los bancos por pedir prestado y prestar) del sector financiero de la Eurozona.