
Comer y beber, el pasatiempo favorito de millones de españoles y turistas, es un deporte nacional cada vez más dependiente del capital privado. Los expertos adelantan a elEconomista una nueva ola de movimientos corporativos en la restauración organizada nacional y en el modelo de franquicias, el que mejor ha soportado la crisis. La incertidumbre y la inflación no parecen enfriar los ánimos de vendedores y fondos. Durante las últimas semanas el mercado ha asistido a operaciones indicativas de que la recuperación ha llegado antes de lo previsto. Junto a la necesaria reorganización para adaptarse a los nuevos hábitos -principalmente, take away y delivery-, los fondos están dispuestos a liderar la recuperación del sector, -uno de los termómetros más directos y precisos del consumo-, y deseosos de aprovechar la reactivación para rotar los activos más maduros de sus carteras.
El fondo británico Cinven selló el año pasado la mayor operación de la historia del sector en España: la compra de Burger King por 1.000 millones de euros a través de Restaurant Brands Iberia (RBI). La master franquiciada de hamburgueserías ha engullido de forma progresiva a los principales franquiciados de la marca estadounidense en nuestro país. Ignacio García-Altozano, senior principal de Cinven, explica a este diario que la combinación del private equity con un equipo directivo de enorme calidad, bajo el liderazgo de Gregorio Jiménez, es muy potente. "Creemos que el mercado ofrece una gran oportunidad de crecimiento para nuestras enseñas Burger King y Popeyes, así como para iniciativas en el ámbito de la digitalización y la responsabilidad social corporativa". Bajo estas premisas, Juan Carlos Raposo, responsable de FTI Capital Advisors en Iberia, también apuesta por "las cadenas franquiciadas como claro ganador de la atención del private equity. Esta tendencia seguirá, pero será clave identificar bien los ganadores de los perdedores".
En definitiva, el mercado se está reactivando y se anuncian más movimientos, aunque los de mayor calado llegarán, según los expertos consultados, en 2023 y 2024. "Acabamos de cerrar la compra de panaderías Turris por Realza, y hace meses, la entrada de Bain en Alsea", explica Borja Oria, managing partner de Arcano, a este diario. Los dos grandes grupos cotizados, Alsea y Amrest, también tienen el crecimiento vía adquisiciones en el centro de su estrategia.
Compañías que han sufrido por la caída del consumo necesitan nuevos socios e inyecciones de capital para reforzar sus balances. Es difícil estimar qué cuota de mercado ha alcanzado el capital riesgo en la restauración organizada, pero los expertos aseguran que es creciente. "El sector ha atraído siempre al capital privado y ese interés se está incrementando una vez pasada la resaca de la pandemia. Además, viene de lejos. Entre 2006 y 2008 fondos como CVC entraron en Zena, Permira en Telepizza, Corpfin e n Restauravia, Nazca en Lizarrán, Goldman Sachs en Vips y 3i en Café y Té, entre otros", explica Óscar Marín, socio de Transacciones de PwC.
Las marcas más conocidas del sector, como Burger King, Goiko Grill o Lizarrán, siguen controladas por el private equity. Telepizza, Grupo Tragaluz o Saona cuentan también con la financiación y el apoyo de los fondos de deuda privada.
Renovado apetito
En las últimas semanas los movimientos corporativos se han acelerado. La gestora española Realza ha comprado las panaderías Turris para llevarlas a Madrid manteniendo al fondo Suma Capital y a los fundadores como minoritarios. Pizzerías Carlos tiene también nuevo socio: DeA Capital, el fondo de De Agostini, ha comprado una participación significativa para duplicar su red en Iberia. Otro veterano fondo español, Nazca Capital, ha vendido FoodBox, propietario de Santa Gloria, Papizza, Mas Q Menos y El Volapié, al fondo inglés BlueGem Capital, dueño de Lateral desde 2017, con el objetivo de fusionar ambas compañías generando sinergias y manteniendo las marcas. El hecho de que las cadenas estén participadas por fondos de capital privado ya anticipa su salida en un plazo de entre cuatro y cinco años, aunque la pandemia ha obligado a alargar necesariamente los tradicionales períodos de inversión.
Cartel de 'se vende'
Al tiempo que la restauración organizada se recupera con rapidez, numerosos fondos propietarios de compañías del sector, especialmente del vintage 2017-2018, se han situado en la parrilla de salida o sondean el mercado para colgar el cartel de se vende en sus participadas. "Durante los próximos meses veremos desinversiones de fondos y a grupos pequeños y medianos, que siguen impactados por el Covid, más abiertos a dar entrada a un socio financiero", explica a esta publicación César Parra, socio de M&A de RSM. "En su mayoría no serán subastas, sino procesos muy acotados, que podrán ser aprovechados por fondos que no están presentes en el segmento o grupos que decidan crecer con la incorporación de otras enseñas", explica César Parra. Por su parte, Ignacio Hornedo, socio de M&A de Allen & Overy, confirma que la pandemia ha tenido el efecto evidente de retrasar la rotación de algunos activos. "Aquellas compañías que aguantaron el apretón en 2020 y en 2021 apostaron por seguir creciendo son candidatos claros de venta para los próximos 18-24 meses. El momento de mercado lo vemos excelente".
La crisis del Covid dejó muchas operaciones corporativas paralizadas o aparcadas. Es probable que algunas no vuelvan a ver a luz por el fuerte impacto de la pandemia en algunas enseñas. Sin embargo, otras transacciones que ocuparon las mesas de los inversores están volviendo al mercado, sondeando el apetito existente o recibiendo muestras de interés ante las expectativas de crecimiento y de recuperación del sector. Es el caso, por ejemplo, de La Máquina, Sagardi o Brasa y Leña, entre otras. "Algunas compraventas podrían retomarse de la mano de inversores que buscan planes de negocio de crecimiento y expansión. Larrumba, propiedad al 30% del fondo Aurica Capital, podría salir en venta tras cuatro años de inversión. La firma de panadería y cafetería El Fornet está controlada por Corpfin Capital con el 90%del capital desde 2014. También podrían volver al mercado activos como La Maquina, Sagardi, Brasa y Leña, entre otros", explica Parra.
Desde el lado de la oferta, la fragmentación del sector en España es todavía muy elevada -un número muy reducido de cadenas gestionan más de 50 locales-, como recuerda José Antonio Zarzalejos, socio de Corporate Finance y M&A de KPMG. "Los grupos organizados o cadenas siguen siendo una minoría dentro de los cerca de 300.000 bares y restaurantes en España. Resulta evidente que el capital privado ha identificado una oportunidad de consolidación siguiendo el patrón de otros países", explica. Fondos como GED articulan estos procesos con grupos como Comess Group comprando Pomodoro y Levaduramadre. Rafael López Armenta, socio de GED Capital, explica que ambos grupos "se han integrado fantásticamente. Las expectativas iniciales en sinergias y economías de escala se han cumplido con creces. En menos de un año Comess ha duplicado el número de locales bajo gestión y está abierto a analizar nuevas compras".
La principal estrategia de Cañas y Tapas, propiedad del fondo Axon Capital, es crecer vía franquicias en el extranjero, pasando de 12 locales a 25 en los próximos 12-24 meses, y con la posibilidad de abrir nuevos mercados, como explican Francisco Velázquez, Presidente de Axon Partners y Alfonso de Leon, CEO de la gestora, a este diario. "De forma oportunista y puntual contemplamos adquirir paralelamente locales propios, aunque no es la principal estrategia. En línea con el plan estratégico de esta división (special opportunities), no estamos mirando activamente nuevas adquisiciones de marcas, pero iremos analizando el mercado por si surgen nuevas oportunidades con capacidad de crecimiento".
A la zaga de subastas millonarias como Goiko y Vips
Fondos nacionales e internacionales han llegado a desembolsar grandes cantidades de dinero para hacerse con conocidas cadenas como el Grupo Ten con Ten, las antiguas cervecerías de Heineken o Goiko Grill, adquirida en 2018 por L Catterton, el fondo de Louis Vuitton, al vencer en la puja donde competía con Amrest, dueño de La Tagliatella. Se hizo con el 80% del capital de la firma de hamburgueserías gourmet por 120 millones de euros. En 2016, Proa Capital hizo lo propio en Grupo Vips ganando una de las subastas más disputadas de los últimos años. El fondo español y la familia Arango vendieron el grupo a la mexicana Alsea por 500 millones.
El private equity irrumpió con fuerza en el sector con la compra de Zena por parte de Alsea en 2014. Pero el año que realmente puso la restauración en el punto de mira fue 2018 con compras como la citada Goiko, Abac en Beer&Food (Heineken España), Aurica en Larrumba, Miura en Tragaluz y Saona y Axon en Cañas y Tapas. Activos, que en algunos casos, ahora vuelven al punto de mira.
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