CaixaBank teme que la guerra provocada por Rusia en Ucrania impacte de forma clara en la economía y ha rebajado sus previsiones de crecimiento del PIB español este año en 1,3 puntos porcentuales desde el 5,5% original al 4,2%, a la vez que eleva al 6,8% la inflación y anticipa que "pronto" se verán tipos positivos.
El diagnóstico lo proporcionaron hoy su presidente, José Ignacio Goirigolzarri, y el consejero delegado, Gonzalo Gortázar, durante la celebración de la junta de accionistas que celebra el banco donde aprovecharon para asegurar que, pese a las incertidumbres y el freno económico, CaixaBank tiene pulmón para encarar el peor escenario.
Goirigolzarri aseguró que "la invasión de Ucrania ha producido un cambio radical de escenario" y "va a suponer cambios geoestratégicos de enorme calado para el mundo y, muy en especial, para Europa". Según Goirigolzarri, "la Unión Europea ha sido consciente, de forma abrupta, de la necesidad de una mayor unidad, de la necesidad de fortalecer su autonomía estratégica en el ámbito energético, de la defensa o de la tecnología".
Pero también cuenta con un cambio eminente en la tendencia de los tipos de interés, que se reflejará positivamente en su actividad. "Tenemos la expectativa de que se produzca una subida paulatina de los tipos de interés" que beneficiará a los márgenes del banco, expuso a su vez Gortázar.
Aunque el consejero delegado reconoció que "es imposible anticipar movimientos con certidumbre" ante el contexto de la guerra en Ucrania apuntó que "existen razones para pensar que los tipos negativos quedarán atrás pronto".
Este cambio de sesgo sería, según el directivo, uno de los elementos que animan al banco a tener "confianza en que el futuro del proyecto es prometedor y que CaixaBank cuenta con capacidades para navegar con éxito ante múltiples escenarios".
Ambos banqueros aseguraron que CaixaBank tiene pulmón para encarar la desafiante situación. Gortázar garantizó que la entidad se enfrenta al nuevo escenario, incluso, con "la mejor situación de los últimos diez años" y tiró de datos para argumentar la fortaleza.
Subrayó que el banco cuenta con el doble de clientes que una década atrás, ha reducido los activos problemáticos en más de la mitad y la ratio de morosidad a una cuarta parte, duplicando también los ingresos no ligados al margen de intereses de forma que la entidad es "más resistentes a fluctuaciones de mercado". "Y nuestros niveles de solvencia, liquidez y provisiones son más robustos que nunca", agregó.
Conforme a sus números, el banco cuenta con 1.400 millones de las provisiones acopiadas para encarar la situación creada por la pandemia sin asignar, las moratorias han vencido sin deterioros significativos de su calidad y la financiación otorgada con avales del ICO se comportarán como el resto de la cartera. "Estamos cómodos con el colchón existente para absorber las pérdidas que puedan producirse", afirmó.
En solvencia expuso que la hucha CET1 asciende al 13,1%, lo que significa que tiene casi 11.000 millones de euros en exceso de capital sobre el requerimiento regulatorio y apuntó que el banco cuenta además con unos activos líquidos de más de 168.000 millones para navegar en la nueva situación.
Para Gortázar ayudará también que la integración con Bankia está prácticamente completada, de forma que el foco comercial podrá fortalecerse cuando los tipos de interés deberían además subir y ayudar a los márgenes. El grupo esperar capturar además el 80% de los 940 millones previstos en sinergias de ahorros durante este año.
Previsiones del PIB e inflación
Durante su informe a los accionistas, el presidente de CaixaBank, José Ignacio Goirigolzarri, aseguró que "la invasión de Ucrania ha producido un cambio radical de escenario", durante su informe en la junta general de accionistas que el banco celebra en Valencia.
Una incertidumbre que se ha traducido en un caída de sus previsiones para la economía española este año, "con una rebaja del crecimiento del PIB de 1,3 puntos porcentuales, desde el 5,5% que teníamos en nuestra previsión anterior hasta el 4,2% que prevemos ahora".
Un situación internacional que también golpea duramente a las estimaciones del banco sobre la evolución de los previos para este año, que Goirigolzarri situó en un crecimiento de la inflación media anual "del 6,8% para este ejercicio", debido al entorno de alta incertidumbre por la invasión rusa de Ucrania.
El presidente de CaixaBank aseguró ante los accionistas que "lo que estamos viviendo va a suponer cambios geoestratégicos de enorme calado para el mundo y, muy en especial, para Europa". Según Goirigolzarri, "la Unión Europea ha sido consciente, de forma abrupta, de la necesidad de una mayor unidad, de la necesidad de fortalecer su autonomía estratégica en el ámbito energético, de la defensa o de la tecnología".
Balance
En su informe, Gorigolzarri también hizo balance del proceso de fusión de integración de Bankia. Un resumen en el que señaló que se ha realizado el 86% de las salidas de las 6.452 personas que se acogieron al acuerdo de reestructuración y también se ha completado el 80% de la integración de las oficinas. Precisamente varios sindicatos del banco aprovecharon los momentos previos a la junta para escenificar su reclamación de mejoras para aliviar la carga de trabajo actual.
En esa línea, destacó los resultados de la entidad en 2021 y los dividendos previstos que debe aprobar la junta, con "una remuneración al accionista de 1.179 millones de euros, el 50% del resultado consolidado ajustado por los impactos de la fusión con Bankia".
Para Goirigolzarri, "en este contexto de alta incertidumbre, el sector bancario español en general tiene una posición muy distinta a la situación en la que nos encontrábamos en la última crisis financiera. Y dentro del sector, la situación de partida de CaixaBank es diferencial", gracias a que parte de un nivel de "gran solvencia, con unos ratios de capital muy por encima de los requisitos regulatorios, lo que nos permite afrontar posibles riesgos".
Defiende las retribuciones
El presidente de CaixaBank también se refirió en su intervención a la política de retribución a los consejeros y defendió la propuesta planteada a la junta de mantener sus retribuciones para este ejercicio 2022. "Estas remuneraciones se fijarán en base a los principios de la propia política, la evolución de la compañía y un compromiso permanente con todos los stakeholders o grupos de interés", apuntó.
Pese a las críticas desde algunos representantes de los sindicatos en el turno de preguntas, la junta de CaixaBank aprobó tanto el nuevo sistema de retribuciones como las cuentas y el resto de los puntos del orden del día, a falta de los datos definitivos del apoyo en cada punto del orden del día. En la junta estuvo representado el 76,13% del accionariado. Los sindicatos mostraron en sus intervenciones críticas principalmente por el clima laboral en la entidad por la carga de trabajo tras la integración y la política de objetivos comerciales de la entidad.