Japón ha sido históricamente la cuna de la innovación tecnológica global. Durante décadas, el país fue sinónimo de calidad, ingeniería y futuro. Hoy, comparte lugar en la cima con otras potencias industriales, y sus logros resuenan mucho menos, pero desde ese segundo plano, discretamente, es capaz de seguir alcanzando logros tecnológicos, por ejemplo, en Inteligencia Artificial.