La remolacha es un pilar estratégico para el campo español, especialmente en algunas regiones. Pero su importancia no impide que sea un sector acorralado, en el que cada vez más agricultores se plantean el futuro de este cultivo. Son muchas las amenazas a las que se enfrenta, desde la caída de los precios del azúcar, los bajos rendimientos o la competencia internacional.