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La empresa japonesa de orígenes centenarios que quiere dominar la IA

  • NTT nació para reconstruir las infraestructuras de comunicación tras la II Guerra Mundial
  • Apostó desde el principio por la innovación como pilar fundamental
  • Sin hacer ruido, se prepara para lanzar una potente IA de bajísimo consumo
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Japón ha sido históricamente la cuna de la innovación tecnológica global. Durante décadas, el país fue sinónimo de calidad, ingeniería y futuro. Hoy, comparte lugar en la cima con otras potencias industriales, y sus logros resuenan mucho menos, pero desde ese segundo plano, discretamente, es capaz de seguir alcanzando logros tecnológicos, por ejemplo, en Inteligencia Artificial.

Y ha sido precisamente gracias a NTT, Nippon Telegrpah and Telephone Corp., un gigante que nació como una entidad estatal encargada de transformar una nación devastada por la guerra, y que se convirtió en uno de los grandes gigantes globales de las telecomunicaciones y la innovación.

Para comprender los orígenes de la compañía hay que remontarse al año 1868, al principio de la dinastía Meiji. El telégrafo había llegado a Japón unos años antes, gracias a la Expedición Perry, una misión diplomática y militar que puso fin al lago periodo de aislamiento del país. Aunque se hicieron varias demostraciones sobre su uso, con el conde Katsu Kaishu siendo el primero en intentar comunicarse, no llegó a tener una implantación significativa. Pero el Gobierno Meiji sí que le dio importancia a este dispositivo, implantando la primera línea, entre la Oficina Gubernamental del Faro de Yokohama y el Palacio de Justicia de Yokohama, tan pronto como en 1869.

Poco después, en 1876, Alexander Graham Bell patentó el teléfono, y tan solo un año más tarde el Ministerio de Obras Públicas importó varios aparatos, para investigar sobre ellos e iniciar su propia producción nacional. Estas dos actividades dependían directamente del Ministerio de Comunicación del Gobierno nipón. Y así fue durante muchas décadas.

Un país arrasado por la guerra

No cambiaría nada hasta el final de la II Guerra Mundial. El país está arrasado, y el sistema de telecomunicaciones necesita ser reestructurado, para restaurar tanto las instalaciones telefónicas como las telegráficas que han sido dañadas durante el conflicto bélico. Era fundamental para la recuperación económica.

En ese periodo, el Ministerio de Comunicaciones y el Ministerio de Telecomunicaciones se encargaban de todo lo relacionado con los servicios telefónicos y telegráficos. Incluso se encargaba de la construcción del mantenimiento de instalaciones, después de absorber la International Electrical Communications Company. Esta medida estaba dentro del plan de disolución de zaibatsu, que es como se denominan en Japón a los conglomerados industriales o empresariales, para reducir el poder de estar corporaciones.

Japón se encontraba rezagado tecnológicamente, con sus equipos e instalaciones deterioradas. Para mejorar la atención a la población y expandir los servicios de telegrafía y teléfono, deciden sacar esos servicios del paraguas del Ministerio. Se plantean encargárselo a una empresa independiente, pero para asegurarse que cumplen los objetivos nacionales, finalmente crean una empresa pública para esta tarea. Y nace así la corporación pública Nippon Telegraph and Telephone. Una idea que va en línea con lo que hace AT&T en Estados Unidos o, más cerca, Telefónica en España.

Apuesta por la innovación

Además de arreglar y modernizar todo el servicio, y de expandirlo por todo el país, también tuvieron la capacidad de mantenerse a la vanguardia tecnológica. Tan pronto como en 1953 ya introdujeron un teléfono automático, que permitía llamar sin necesidad de pasar por un operador, como ocurría hasta entonces. También empiezan a introducir los teléfonos públicos, famosos por su llamativo color rojo, que empezaron por 15 ubicaciones, incluyendo las principales estaciones de tren del país.

Teléfono público rojo de NTT
Los primeros teléfonos públicos de Japón, con su característico color rojo.

Uno de los puntos clave fue la introducción en 1968 de los buscapersonas, un servicio que se había popularizado sobre todo en Estados Unidos y en Europa. En Japón se hicieron muy populares, llegando a contar con 6 millones de usuarios en su momento álgido. En la misma línea, introducen en Japón el fax, e trajeron los teléfonos para coches. Japón ya era una potencia tecnológica.

Privatización

En 1985, Japón lanza su nueva Ley de Telecomunicaciones, que busca fomentar la competencia en el mercado. Abre la puerta a la entrada de nuevas compañías y, sobre todo, privatizaba Nippon Telegraph and Telephone Public Corporation. Con esta norma, Japón era el segundo país del mundo, tras Estados Unidos, en desregular su mercado de telecomunicaciones.

NTT, como se renombró la compañía, comienza a cotizar en la bolsa de Tokio en 1987, con la colocación de títulos por valor de 36.800 millones de dólares, convirtiéndose en la operación más grande de la historia de Japón hasta entonces. Para asegurarse de que mantenía la parte de servicio público, el Estado se quedó con un tercio de la compañía, que conserva hasta nuestros días.

Pionero centro de datos de NTT
Centro de datos pionero de NTT, inaugurado en 1967.

Con su historia, NTT se caracteriza por su fiabilidad, lograda gracias al gran número de trabajadores con los que cuenta, que aseguran el correcto funcionamiento de la infraestructura en todo el país, especialmente complejo por los frecuentes terremotos.

Pero también destaca por su decidida apuesta por la innovación. Cuenta con un centro de investigación con gran presupuesto, que ha permitido posicionar a Japón como una potencia mundial en tecnología y telecomunicaciones. En su momento, fue pionera con el lanzamiento del primer internet móvil del mundo, en 1999. Aunque no logró consolidarse, y acabó desapareciendo, dejó el legado de los emoticonos.

Gigante de la IA

Pero hoy la innovación se mide a través de la Inteligencia Artificial. Y mientras el mundo está pendiente de la batalla entre las grandes compañías estadounidenses y la china DeepSeek, sin hacer ruido, Japón ha anunciado que está a punto de lanzar un chip de IA de bajo consumo, capaz de procesar vídeos de ultra alta definición en pequeños dispositivos como drones.

Sin necesidad de nuevos inversores, gracias al respaldo estatal, NTT no necesita gran publicidad ni repercusión de los logros que alcanza, tampoco de este. Pero no deja de investigar, como demuestra el hecho de que su grupo de Física de la IA ha publicado más de 150 artículos en colaboración con algunas de las mejores universidades del mundo.

Con el desarrollo de sus propios sistemas de Inteligencia Artificial, además, logra independencia en aspectos que serán clave, como la defensa y la seguridad nacional. Con la discreción japonesa como bandera, y con décadas de historia como referencia, NTT quiere convertirse en un agente clave en el campo de la inteligencia artificial.

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