Si por casualidad te encuentras a una persona agachada debajo de un coche, seguramente esté intentando robar el catalizador. Una práctica muy habitual y que nunca pasa de moda, ya que contienen metales que, en el mercado negro, son muy cotizados. Además, es una pieza muy sencilla de sustraer, puesto que con un par de herramientas y cierta habilidad se puede robar en tan solo dos minutos.
