La inflación ha provocado que las compañías opten por varias estrategias para trasladar el aumento de los costes a los clientes de la forma más inadvertida posible. El primer taquillazo fue la 'reduflación', que consiste en mantener los mismos paquetes de los productos reduciendo las cantidades que contienen, lo que implica cobrar lo mismo por menos. Sin embargo, la última estrategia para subir los precios se anda con menos rodeos. Los creadores de la 'upflation' simplemente intentan dar un nuevo uso a sus productos de toda la vida para encarecer su oferta.