La crisis de Evergrande fue una de las grandes noticias económicas de 2021. El engrosamiento de su pasivo y los impagos de sus compromisos de deuda pusieron al mundo en alerta. Pero el gigante inmobiliario chino solo era la punta del iceberg de la deuda del sector en el país asiático, que ascendía a 5,2 billones de dólares en 2020. Los más atrevidos compraron entonces su deuda corporativa de alto riesgo, confiando en que el gobierno chino tomaría medidas. Así fue, y ahora los inversores intrépidos están recibiendo sus frutos.