Economía

Las pymes de Reino Unido solo recibirán 47 libras anuales para pagar la luz: alertan de una oleada de quiebras

  • Un 25% de las pequeñas empresas tendrán problemas para sobrevivir
  • Muchas firmas han visto triplicarse sus facturas de la luz
Un bloque de oficinas en Londres. Foto: Bloomberg.

El gigantesco agujero presupuestario que dejó la fugaz administración de Liz Truss amenaza con desatar una oleada de quiebras entre las pequeñas y medianas empresas británicas a partir de abril. En los presupuestos de emergencia para responder a la crisis financiera provocada por Truss, el nuevo ministro de Hacienda, Jeremy Hunt, anunció fuertes recortes al programa de ayuda para pagar las facturas de la luz. Y las pymes han denunciado hoy que recibirán una subvención de apenas 47 libras al año para compensar unas subidas que han alcanzado las miles de libras anuales.

El nuevo programa de apoyo a las empresas costará hasta 5.500 millones de libras (6.200 millones de euros) durante el próximo año, muy por debajo de los 18.000 millones de libras presupuestados para los últimos seis meses, dijo el lunes el secretario de Estado del Tesoro, James Cartlidge.

El enorme tijeretazo al programa corre el riesgo de dejar a las pequeñas empresas "a merced de Putin", según alertó Martin McTague, presidente de la Federación de Pequeñas Empresas británicas (FSB, en inglés). McTague explicó que, según sus cálculos, una pequeña empresa promedio recibirá solo 47 libras anuales, mientras que dos tercios de las empresas medianas "podrían, como mucho, teóricamente, acceder a ayudas de 200 libras". Craig Beaumont, jefe de asuntos externos de la FSB, dijo que estas nuevas medidas suponían "echar sal a la herida, algo vergonzoso".

El lobby advirtió que una de cada cuatro pequeñas empresas tendrá dificultades para sobrevivir si los costes de energía siguen siendo elevados durante este año y el precio real se traslada a sus cuentas. Las pequeñas empresas emplean a 16 millones de personas, por lo que una ola de cierres "podría tener unas implicaciones masivas para la economía del Reino Unido", argumentó McTague.

Una pinta a 10 libras

Tayub Amjad, cofundador del bar Zouk Tea en Mánchester, dijo que espera que sus facturas de energía se disparen unas 150.000 libras durante este año. Las nuevas ayudas estatales "no arañarán ni la superficie" del coste extra, dijo al programa Today de la cadena BBC.

Si los pubs trasladaran sus costes a los consumidores, el precio de una pinta de cerveza se dispararía a 10 libras, avisó Charlene Lyons, directora ejecutiva de Black Sheep Brewery. La otra opción, explicó, es que los pubs tendrán que abrir menos horas para intentar reducir sus gastos en electricidad.

Para la cadena Light Cinema, que opera 12 salas de cine en todo el Reino Unido, el aumento en el coste de la energía en los últimos 12 meses ha hecho que su factura se triplique, de un millón a 3 millones de libras cada año. "Para una empresa de nuestro tamaño, eso puede marcar la diferencia entre ser rentable o no ser rentable", dijo Keith Pullinger, fundador y vicepresidente de la empresa.

La crisis inflacionaria que sacude a todos los niveles de la economía supone que Pullinger no puede pasar todos esos costes a los consumidores, que ya han visto caer su poder adquisitivo. La compañía ha decidido recortar sesiones y abrir más tarde. "Solo estamos tratando de pensar en la energía y a qué hora enciendes todo en el edificio", dijo.

Industria automotriz

Pero el sector del automóvil es particularmente vulnerable al cambio. Qualplast, una firma dentro de la cadena de suministro automotriz, cuyos clientes incluyen marcas como Rolls-Royce, Jaguar Land Rover y Bentley, ha visto crecer su factura de la luz en un 454%, hasta las 10.000 libras mensuales. David Caro, su director durante durante 46 años, dice que la firma se tambalea entre sobrevivir y caer en pérdidas. "Es invierno, por lo que tenemos la calefacción encendida y tenemos tres hornos funcionando, por lo que estamos usando mucha energía", dijo Caro.

El peligro es que la retirada de ayudas gubernamentales haga que las facturas de estas empresas, ya de por sí al límite, suban aún más, desatando una oleada de cierres o una subida de precios generalizada, que aumente aún más la crisis inflacionaria que vive el país. Por el momento, el ministro de Empresa, Grant Shapps, se limita a cruzar los dedos: "Esperemos que no ocurra lo peor", se limitó a decir en una entrevista en la cadena de radio LBC.

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