Economía

El gobierno de Sunak anuncia hasta 55.000 millones de libras al año de subidas de impuestos y recortes de gasto en Reino Unido

  • Avanza cambios en el IRPF a altos ingresos y más impuestos a energéticas
  • Extiende a abril de 2024 el tope a la factura eléctrica hasta las 3.000 libras
  • Anuncia que las prestaciones y pensiones se revalorizarán con la inflación

El día señalado en rojo en el calendario británico ha llegado. El gobierno de Rishi Sunak ha anunciado su esperado plan fiscal a medio plazo, conocido como Declaración de Otoño. El encargado de presentarlo ha sido el canciller de Hacienda -ministro de Finanzas-, Jeremy Hunt, quien ha confirmado la cifra 'mágica': habrá una consolidación fiscal de hasta 55.000 millones de libras (unos 63.000 millones de euros) al año hasta 2028 en subidas de impuestos y recortes de gasto.

Con esta declaración de Hunt se terminan de enterrar los planes fiscales del anterior Ejecutivo, encabezado con Liz Truss, que arrancó su breve trayectoria prometiendo recortes de impuestos por valor de 45.000 millones de libras al año sin financiación. Antes de caer Truss, Hunt empezó a revertir estos anuncios y este jueves ha llegado la confirmación. Nada más llegar a Downing Street, Sunak retrasó varias semanas esta presentación para pulir más detalles.

Con tono grave, Hunt ha anunciado un "sustancial aumento de los impuestos" hasta subir la presión fiscal en un 1% del PIB hasta 2028, quedando en su nivel más alto desde la II Guerra Mundial. El objetivo es reducir la deuda neta en relación al producto interior bruto (PIB) para 2028. El canciller ha reconocido que se trata de "decisiones difíciles" tomadas por una situación económica de la que ha culpado a los factores globales, haciendo hincapié en la crisis energética "made in Russia".

Los cálculos del Tesoro en la Declaración de Otoño cifran en 25.000 millones lo obtenido con las subidas de impuestos y 30.000 con recortes de gasto. En clave política, mientras que el impacto impositivo comenzará ya el próximo año, los recortes de gasto no empezarán hasta 2025, justo después del plazo máximo para las próximas elecciones.

A modo de respaldo político, el canciller ha ofrecido una actualización de las previsiones de la OBR (Oficina de Responsabilidad Presupuestaria), órgano al que Truss y su canciller Kwasi Kwarteng sortearon. Hunt ha dicho que la OBR espera que la inflación sea del 9,1% este año y del 7,4% el próximo. Asimismo, arroja una contracción del 1,4% del PIB para 2023 frente al crecimiento del 1,4% de sus últimas proyecciones.

Con estas cifras en la mano, el propio ministro ha reconocido que Reino Unido está ya en recesión, secundando las conclusiones del Banco de Inglaterra (BoE), que recientemente adivirtió de que la recesión podría prolongarse hasta mediados de 2024, siendo la más largo en un siglo.

Según la Oficina, la renta disponible de los británicos caerá un 7% en los próximos dos años, la mayor caída registrada y el fin a ocho años de crecimiento. Este escenario, según el canciller, justifica las medidas tomadas.

Hunt ha asegurado que la inflación y los tipos de interés acabarán siendo "significativamente más bajos" con el plan del gobierno. "La OBR confirma que, gracias a nuestro plan, la recesión es menos profunda y la inflación se reduce", ha presumido Hunt. El desempleo también es menor, con unos 700.000 puestos de trabajo salvados, ha añadido el canciller. Para 2025 y 2026, el órgano preveía un crecimiento del 1,8% y 1,7% del PIB. Ahora prevé un 2,6% y un 2,7% respectivamente.

Como contrapunto a los mayores impuestos y reducciones de gasto, Hunt ha avanzado una ampliación de 12 meses más del tope a la factura energética de los hogares, aunque con ciertos cambios. En un primer momento, Truss aprobó un tope por dos años de 2.500 libras anuales por hogar. Cuando llegó al cargo, Hunt dijo que esta garantía solo se extendería hasta abril de 2023 y luego se focalizaría en la población más vulnerable, lo que amenazaba con subir la inflación del país en dos puntos porcentuales más. Al final, Hunt ha anunciado que el tope se eleva a las 3.000 libras a partir de abril. Esto aumentará la factura anual típica en un 20%, según cálculos recogidos por Bloomberg.

Más impuestos

En materia impositiva, Hunt ha dicho que reducirá a partir del próximo abril el umbral para pagar el tipo máximo del 45% del impuesto sobre la renta (IRPF) de 150.000 libras a 125.140. Truss ya tuvo que renunciar a bajar el tipo al 40% para ese segmento. El canciller ha puesto énfasis en que los aumentos de impuestos van sobre todo hacia los que más ganan en Reino Unido. Quienes perciban 150.000 libras al año, pagarán 1.200 libras más anualmente.

Esto se suma al mantenimiento del tipo mínimo del IRPF en el 20% en vez de bajarlo, como se había deslizado antes de la 'crisis Trussonomics'. Esta medida elevaría la cosecha fiscal a 34.000 millones de libras por ejercicio. Otra medida que se mantiene tras el giro esbozado por Hunt antes de la llegada de Sunak es el aumento del tipo del impuesto de sociedades al 25% para las empresas con más de 250.000 libras de beneficios.

Hunt también ha declarado que mantendrá los umbrales para el pago de la seguridad social y el impuesto de sucesiones hasta 2028, arrastrando a más personas a pagar impuestos más altos a medida que la creciente inflación hace subir los precios. Del mismo modo, se decretará la congelación del umbral de ingresos a partir del cual las empresas deben registrarse para pagar el impuesto sobre el valor añadido (IVA) hasta marzo de 2026.

También se congelará en el nivel actual la franja no gravable de las contribuciones a la seguridad social y el impuesto de transmisiones patrimoniales, mientras que se reducirá de 2.000 libras a 1.000 libras (1.145 euros) en 2023 y a 500 libras en 2024 la de los dividendos. La asignación exenta para el impuesto sobre las ganancias de capital se reducirá a más de la mitad hasta 6.000 libras el próximo año y nuevamente a 3.000 libras a partir de abril de 2024

Asimismo, Hunt ha puesto sobre la mesa la anulación en 2025 de la exención del impuesto de circulación a los vehículos eléctricos y un aumento de la tasa sobre los locales comerciales. Según ha defendido, incluso con esta serie de medidas, "seguiremos teniendo el conjunto más generoso de desgravaciones fiscales de cualquier país del G-7".

Un punto delicado ha sido el de los impuestos por los beneficios 'caídos del cielo' de las energéticas. Hunt ha confirmado que el impuesto temporal sobre las ganancias extraordinarias de las empresas de petróleo y gas será del 35% (frente al 25%) y el impuesto provisional sobre los generadores de energía renovable, nuclear y de biomasa será del 45% (superior al 40% previsto inicialmente). El impuesto del 45% se aplicará a la energía limpia que se venda por encima de 75 libras el megavatio-hora. El impuesto regirá hasta fines de marzo de 2028. También en materia energética, Hunt ha revelado que el gobierno dará luz verde a una nueva planta nuclear, Sizewell C.

Entre la batería de anuncios, Hunt ha destacado la reversión en 2025 del recorte en el impuesto sobre actos jurídicos documentados en la compra de vivienda aprobado por Truss. El canciller ha explicado a los parlamentarios que, con la eliminación de esta rebaja fiscal cuando expire, se creará "un incentivo para apoyar el mercado de la vivienda y todos los puestos de trabajo asociados a él, impulsando las transacciones durante el período en que la economía más lo necesita".

Con el plan actual, los compradores de vivienda no pagan el impuesto sobre actos jurídicos documentados por las primeras 250.000 libras del precio de venta de la propiedad, el doble del umbral anterior. El umbral es de 425.000 libras esterlinas para los compradores por primera vez, lo que supone un aumento respecto a las 300.000 libras esterlinas, y esa desgravación puede solicitarse para propiedades que cuesten hasta 625.000 libras esterlinas. 

El frente del gasto

En cuanto al gasto, Hunt ha arrojado algo de luz respecto a la comentada revalorización de las prestaciones sociales. El canciller ha confirmado que las prestaciones y las pensiones aumentarán un 10,1% el próximo año, en línea con la inflación de septiembre (en octubre fue del 11,1%) y no menos, como se había especulado. El ministro ha dicho que esto costará 11.000 millones de libras, pero una familia media con crédito universal ganará 600 libras, ha apostillado.

Hunt ha destacado que se mantendrá el conocido como 'triple cerrojo' de las pensiones. Este paso es crucial, ya que se trata de un compromiso electoral de los conservadores en 2019 que garantiza que las pensiones estatales se actualicen cada año según el indicador que haya subido más entre la inflación, el incremento medio de los salarios o un 2,5% pactado por los políticos.

En este frente, Hunt se ha comprometido a elevar el salario mínimo interprofesional a 10,42 libras por hora, un aumento del 9,7%, y a limitar las subidas de los alquileres de las viviendas sociales al 7%. Esta última medida supone un ahorro de 200 libras el próximo año para los cuatro millones de familias que viven en estos inmuebles.

Hunt ha enunciado que el gobierno protegerá los aumentos del gasto departamental en términos de efectivo ya establecidos en los planes existentes. Sin embargo, los departamentos tendrán que hacer recortes para compensar la inflación, ha matizado.

Defensa tendrá un presupuesto equivalente a un 2% del PIB frente al 3% prometido anteriormente por los tories. El presupuesto de ayuda exterior permanecerá congelado en el 0,5% del PIB hasta al menos abril de 2028. Sunak se había comprometido previamente a restaurarlo al 0,7% en 2024-25.

En lo tocante a la sanidad, el gobierno proporcionará una financiación adicional de 3.300 millones de libras en cada uno de los próximos dos años para apoyar al tensionado Sistema Nacional de Salud (NHS) en respuesta a la importante presión asistencial que sufre, especialmente desde la pandemia.

Reacción en el mercado

Tras ponerse cifra a los planes fiscales del gabinete de Sunak, la libra esterlina ha experimentado una caída de más del 0,8% ante el dólar arriesgando los 1,18 'billetes verdes'. Esta mañana la divisa británica se acercaba a los 1,20 dólares.

En lo referente a los bonos, el gilt británico a 2 años ha pasado de un 2,96% antes de la Declaración de Otoño a un 3,1% cuando el canciller Jeremy Hunt enumeraba las medidas. A su vez, el gilt a 10 años ha pasado del 3,12% al 3,22%. Esta subida en los rendimientos era esperable y mucho menos pronunciada que cuando el anterior gobierno anuncio su malogrado plan fiscal. Tras esas promesas, el gilt a 10 años escaló a un máximo del 4,5%.

"Hunt tenía que ser realista", valora Sarah Hewin, economista sénior de Standard Chartered Bank. "Los mercados respondieron muy mal a lo que era un presupuesto completamente irreal hace solo un par de meses. Uno de los principales impulsores de hoy era garantizar que los mercados no se alteraran". 

"El presupuesto de otoño británico supone una dura combinación de subidas de impuestos y recortes de gastos por un total de 55.000 millones de libras, equivalente al 1,7% del PIB, en un intento del Gobierno por tapar el agujero financiero del país, afectado por la recesión y el aumento de los costes de financiación. Se trata de un eco del programa de austeridad de 2010 del gobierno conservador de David Cameron", valora Ben Laidler, estratega de eToro.

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