El ministro británico de Economía, Kwasi Kwarteng, confirmó este viernes que eliminará el incremento de los impuestos corporativos y erradicará el actual límite a los bonus que perciben los banqueros, como parte de las medidas de su nuevo plan de crecimiento destinado a impulsar la economía.
En una declaración ante la Cámara de los Comunes (baja), detalló un "presupuesto de emergencia" para afrontar el incremento en el coste de la vida, con un "nuevo planteamiento" que se basa en "tres prioridades: reformar el lado de la oferta de la economía, mantener un planteamiento responsable en las finanzas públicas y recortar impuestos para impulsar el crecimiento". En su intervención, Kwarteng dijo que el Gobierno adoptará "medidas difíciles" a fin de estimular el crecimiento del país.
El gobierno de Liz Truss presenta así el paquete de recortes fiscales más radical para el Reino Unido desde 1972, reduciendo los gravámenes tanto a los salarios de los trabajadores como a las empresas, en un esfuerzo por impulsar el potencial de la economía a largo plazo.
Kwarteng también ha confirmado el apoyo a los hogares y las empresas frente a la espiral de las facturas energéticas, con un coste de 60.000 millones de libras en los próximos seis meses. "Prometimos dar prioridad al crecimiento", ha dicho Kwarteng al Parlamento el viernes. "Prometimos un nuevo enfoque para una nueva era".
Aparte de la supresión de la subida prevista del impuesto de sociedades, dejando el tipo general en el 19% y de la supresión del tope de los bonus a los banqueros, Kwarteng ha anunciado más medidas, como reducir el tipo principal del impuesto sobre la renta de los trabajadores un año antes de lo previsto, dejando el tipo principal en el 19% hasta 2023 y eliminando el tipo máximo del 45%. También se suprimirá aumento del 1,25% en los impuestos de la Seguridad Social. Otro compromiso es anular el aumento previsto de los impuestos sobre el alcohol.
Asimismo, se reducirá el impuesto de sobre actos jurídicos documentados en la compra de viviendas, una decisión que ha hecho subir las acciones de los constructores, aliviando la carga de 200.000 compradores al año. Igualmente, se prevén medidas para reducir las restricciones de planificación del uso del suelo, "saliendo del paso para que Gran Bretaña construya".
El plan también aborda la creación de nuevas "zonas de inversión" con menores regulaciones para quienes constituyan empresas. El objetivo de que la economía británica crezca un 2,5% al año, un nivel que no se alcanzaba desde hace más de una década.
Las medidas pretenden evitar una recesión que, según el Banco de Inglaterra, ya ha comenzado, y aumentar la productividad, que ha quedado rezagada respecto a otras naciones del G-7. Los economistas temen que el paquete de medidas sea inasequible y desencadene una crisis monetaria cuando los inversores se den cuenta de que la carga de la deuda del Tesoro seguirá aumentando.
"Lo que hemos visto hoy es un cambio significativo en la política económica del Reino Unido, y creo que es lo correcto", ha dicho en Bloomberg Radio Gerard Lyons, estratega económico jefe de Netwealth Investments y asesor de Truss. "Si la política es correcta para la economía, también debería serlo para los mercados".
Unos tipos del 15% la 'última vez'
No todos opinan así. Economistas y exfuncionarios del Banco de Inglaterra han atacado los planes incluso antes de que Kwarteng compareciera en la Cámara de los Comunes. Martin Weale, que trabajó en el Banco de Inglaterra desde 2010, ha dicho que los planes del Gobierno "acabarán en lágrimas", mientras que Danny Blanchflower, responsable de la política durante la crisis financiera mundial de hace más de una década, ha dicho que los inversores deberían ponerse en corto en la libra como respuesta.
"Este es el mayor recorte de impuestos desde 1972", explica Paul Johnson, director del IFS, en un tuit tras la declaración de Kwarteng. "Ese presupuesto es ahora conocido como el peor de los tiempos modernos. De verdad, espero que este funcione mucho mejor". Las medidas de Kwarteng suponen los mayores recortes fiscales desde el presupuesto de Nigel Lawson de 1988. Esto levantó la economía y disparó la inflación, lo que llevó al Banco de Inglaterra a subir los tipos de interés hasta un máximo del 15% en 1989.
"El Gobierno también parece dispuesto a pasar del conservadurismo fiscal a los esfuerzos por estimular el crecimiento económico a largo plazo. Dado que es poco probable que los recortes fiscales por sí solos consigan ese objetivo, nuestra preocupación es que el paquete mantenga la inflación por encima del 2% durante más tiempo y que las finanzas públicas se desplacen hacia una senda insostenible", avisa Dan Hanson, de Bloomberg Economics.