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Los bonos basura de China alzan el vuelo tras su crisis inmobiliaria

Foto: Dreamstime

La crisis de Evergrande fue una de las grandes noticias económicas de 2021. El engrosamiento de su pasivo y los impagos de sus compromisos de deuda pusieron al mundo en alerta. Pero el gigante inmobiliario chino solo era la punta del iceberg de la deuda del sector en el país asiático, que ascendía a 5,2 billones de dólares en 2020. Los más atrevidos compraron entonces su deuda corporativa de alto riesgo, confiando en que el gobierno chino tomaría medidas. Así fue, y ahora los inversores intrépidos están recibiendo sus frutos.

Después de una serie de medidas políticas para aliviar las tensiones en el mercado inmobiliario de la nación, los bonos de las promotoras de China han ido subiendo.

Un índice de bonos basura denominados en dólares en China que está repleto de deuda de promotoras ha subido un 6,5% en lo que va de mes y más del 32% en los últimos tres meses. Eso supera a cualquier otro punto de referencia de bonos relevante en el mundo, según muestran los datos de Bloomberg.

Este repunte también está beneficiando a los prestatarios. Es el caso de una unidad del brazo inmobiliario de Dalian Wanda Group, que volvió al mercado de deuda corporativa esta semana tras 16 meses de ausencia. Logró colocar 400 millones de dólares en bonos con un cupón del 11%, pero sin necesitar garantías del estado chino ni hipotecar los activos más preciados de la empresa, una señal de que los mercados de capital pueden estar comenzando a moverse nuevamente para los prestatarios más solventes.

Al fin y al cabo, 2023 ha sido llamado por muchos analistas como "el año de los bonos". En un mercado mundial en el que los tipos de interés siguen elevados con respecto a lo que llevamos de siglo y en el que se prevé que los grandes bancos centrales empiecen a frenar la subida del precio del dinero, la inversión en deuda pública y corporativa sigue al alza.

Así lo demuestran también la entrada de capital en fondos cotizados (ETF, por sus siglas en inglés). Uno de los más grandes, el iShares iBoxx High Yield Corporate Bond ETF, recibió 1.700 millones de dólares solo durante la primera semana del año, a raíz de la subida del 2,6% que experimentó este instrumento de inversión en esos días. En las diez sesiones bursátiles que acumula el 2023, este ETF ha crecido un 4,06%. Actualmente maneja más de 18.600 millones. Su desempeño ha sido muy dispar en los últimos años: registró leves caídas en 2018 (-1,93%), tras lo que se disparó más de un 14% en 2019, continuando por dos años de un 4,1% de crecimiento y una caída del 11% en 2022.

Pero el atractivo actual del mercado de bonos es tal que ni siquiera hace falta acudir a los de alto rendimiento, como el caso anterior, que implican un mayor riesgo y, por añadidura, una mayor rentabilidad teórica. También los de grado de inversión ofrecen un importante atractivo para los inversores. Un ETF 'hermano' del anterior, iShares iBoxx $ Investment Grade Corporate Bond ETF, replica bonos de alta calidad crediticia y ya gana un 4,78% en las dos semanas que llevamos de año, si bien es cierto que tardará en recuperar la caída del 18% que sufrió en 2022.

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