Los restaurantes chinos ya no son lo que eran. Se han convertido en un folleto imantado en la nevera o en un click de móvil. Poco queda de la época en que ir a comer a un chino era una aventura exótica, el mejor plan familiar o el escenario perfecto para una primera cita. El Buda Feliz, en cambio, ha sabido mantener esa experiencia desde su fundación, en el año 1974. Sin duda, la suerte de ser uno de los primeros restaurantes chinos de Madrid ha sido clave. Un compromiso con la excelencia que pretende mantener tras su traspaso y una imagen renovada.