OpenAI es sin duda la empresa líder en el panorama de la inteligencia artificial. La creadora de ChatGPT parece ir siempre un paso más allá, y su CEO, Sam Altman, ha sido acusado varias veces de apostar más por la innovación que por el control en lo que se refiere al desarrollo de inteligencia artificial. Ahora, parece que han ido un paso más allá.

Cuando Isaac Asimov escribió sus Leyes de la Robótica, parecía complicado que los seres humanos nos pusiéramos a categorizar de verdad cómo un elemento tecnológico nos puede ayudar y, sobre todo, cómo debe interactuar con nosotros para no ser peligroso.

¿De qué se alimenta la inteligencia artificial? Ahora sabemos que OpenAI lo ha hecho de todo el contenido abierto que ha podido encontrar para dotar de contexto a su ChatGPT. Pero estas máquinas no paran de querer más y desde hace un tiempo han aparecido los primeros acuerdos de grandes medios con empresas de IA para seguir alimentando sus modelos.

Poca gente se opone a la generación de energías con fuentes renovables, pero es cierto es que en los últimos años se han comenzado a ver también los peros que tienen, como cualquier tecnología. En su caso, impactos ambientales como las enormes extensiones de terreno que ocupan las placas fotovoltaicas cuando deben generar energía en grandes cantidades, o los problemas para aves y a nivel de residuos de los molinos eólicos.