Redactor de elEconomista
Encuesta Bofa

La encuesta a gestores de fondos de septiembre que elabora Bank of America refleja un posicionamiento de optimismo prudente. Por un lado, los encuestados tienen la sensación de que se vas a lograr evitar la recesión económica, pero por otro, los gestores tienen claro que la situación de los mercados no invita a estar en activos cíclicos. La prudencia sigue siendo la nota predominante en las inversiones que llevan a cabo los gestores, y este mes se han decidido salir de los activos más cíclicos, como son las materias primas, y entrar en sectores defensivos, pero, sobre todo, en aquellos activos que se van a comportar bien si la renta fija continúa con su buena racha, como es el sector de las utilities. Los bonos siguen siendo uno de los activos favoritos de los gestores, y ahora estos están tratando de ganar más exposición a ingresos pasivos, en sectores que suelen repartir dividendos altos y en aquellos que también se beneficiarán si la renta fija sigue siendo protagonista.

Política económica

"Vamos a crear un fondo soberano para Estados Unidos, para invertir en grandes proyectos nacionales para beneficio de todos los estadounidenses. ¿Por qué no tenemos un fondo soberano? Otros países los tienen. Nosotros no tenemos nada". Donald Trump hizo estas declaraciones en la primera semana de septiembre, en el Club de Economía de Nueva York, un mensaje que confirma el interés del expresidente estadounidense para impulsar la creación de un fondo de inversión soberano. Y no es el único: según publicó Bloomberg en la primera semana de septiembre, la actual administración Biden estaría ya trabajando en esta posibilidad, valorando distintas formas de llevarlo a cabo. La creación de un fondo soberano es el único proyecto común que parecen tener los dos grandes partidos políticos de Estados Unidos, y es llamativo que, como explican muchos expertos, se trata de un esfuerzo sin sentido para un país en la situación en la que se encuentra Estados Unidos, una economía con déficit fiscal y cuyos ingresos por la venta de materias primas ya se gestionan en fondos soberanos estatales.

Política monetaria

Con el encuentro de política monetaria de septiembre del Banco Central Europeo ya finalizado, se pueden empezar a analizar las consecuencias que ha tenido la reunión y el mensaje de Christine Lagarde, presidenta del BCE, en la rueda de prensa. La presidenta ha evitado a toda costa dar pistas sobre el camino que seguirá el BCE después de la bajada de tipos que ha llevado a cabo este jueves, pero, sin duda, es la gran pregunta que queda en el aire. ¿Cuándo llegará el próximo recorte de tipos? ¿Cuántas bajadas se producirán en los próximos meses? Los mercados están descontando una senda de recortes más agresiva de la que esperan los analistas: para los inversores, en las próximas siete reuniones habrá 6 bajadas de tipos de 25 puntos básicos. Los analistas, por su parte, esperan que sólo haya tres, una por cada trimestre.

El Banco Central Europeo (BCE) ha rebajado los tres tipos de interés clave de forma unánime en su reunión de septiembre, a la par que ha implementado un ajuste técnico para reducir la volatilidad de los mercados monetarios (donde se intercambia liquidez y reservas a muy corto plazo). De este modo, el BCE ha realizado su segunda bajada de tipos del año (en junio ya rebajó el precio del dinero, para luego mantenerlo en la reunión de julio) con un recorte de 25 puntos básicos de la tasa de depósito (donde los bancos guardan la liquidez) hasta el 3,5%, mientras que la tasa principal de refinanciación (el tipo al que los bancos piden liquidez de forma semana) se ha recortado en 60 puntos básicos para hacerla más atractiva, cayendo hasta el 3,65%. Por último, la facilidad marginal de crédito (la ventanilla de emergencia) se ha rebajado también en 60 puntos básicos hasta el 3,9%. De este modo, el pasillo de los tipos se estrecha de forma notable y hace que las subastas semanales de liquidez sean más atractivas para los bancos, puesto que ahora son mucho más 'baratas' y tienen un tipo que se acerca al de la tasa de depósito, según explican en el comunicado.

Política monetaria

Septiembre va a ser un mes importante para el Banco Central Europeo. La reunión de este jueves del organismo ha terminado con un nuevo recorte de los tipos de interés, pero hay un evento que va a producirse en la zona euro el día 18 de septiembre que marcará un antes y un después en la política monetaria de la zona euro. El BCE ha confirmado en el encuentro que va a modificar dos de los tres tipos de referencia que utiliza, con el objetivo de intentar que su política monetaria sea más efectiva. La facilidad marginal del crédito y el tipo de refinanciación se van a ajustar a la baja, para estar más pegados al tipo de interés más importante para el organismo: la facilidad de depósito. Este tipo de interés ha sido un gran incomprendido en los últimos años, a pesar de haber adelantado en importancia a los otros dos tipos que utiliza el BCE. ¿Por qué es ahora la facilidad de depósito el tipo más importante clave para el mercado del dinero? ¿Qué pretende el BCE con el cambio que va a llevar a cabo? La respuesta a estas dos preguntas ayuda a entender el giro fundamental que ha anunciado el banco central.

La historia de los ciclos de bajadas de tipos de la Reserva Federal en el siglo XXI enseña una lección que los inversores parecen estar pasando por alto. En los últimos procesos de recorte del precio del dinero de la Fed, el mercado se ha quedado corto con sus expectativas. Los inversores, una y otra vez, han esperado que los recortes fuesen menos agresivos de lo que finalmente fueron, algo que, de repetirse, daría la razón a los analistas que ahora avisan de que la Reserva Federal está corriendo detrás de la curva, y que sus bajadas de tipos terminarán siendo más profundas de lo que se ha puesto en precio. Si esta norma del pasado se vuelve a cumplir, los bonos no cumplirán con las estimaciones del consenso de analistas, quienes creen que el título estadounidense con vencimiento a 10 años ya ha recogido toda la bajada de tipos que va a hacer la Fed en este ciclo.

El camino de China para convertirse en el líder económico mundial ha empezado con el pie izquierdo. La crisis que está sufriendo el gigante asiático en los últimos años no remite, con el sector inmobiliario en el punto de mira y por el camino la economía china está sufriendo un deterioro que las autoridades no consiguen arreglar. El crecimiento de los precios se ha estancado en el país, y ya acumula 5 trimestres consecutivos de contracción, una tendencia que los analistas no creen que se vaya a poder revertir en los próximos trimestres. El rumor de la entrada en una situación de deflación, similar a la que ha vivido Japón en las últimas décadas, se está extendiendo, y ya hay voces respetadas en China, como el exgobernador del banco central, Yi Gang, que admiten el peligro deflacionista, una espiral de precios y salarios en caída y estancamiento del crecimiento de la que es muy complicado salir. Japón es buena prueba de ello.

Materias primas

La primera semana de septiembre termina como un ejemplo claro de las tensiones que está sufriendo el petróleo en los últimos años. La situación que está viviendo el mercado, y que ha quedado patente en los últimos cinco días, se explica fácilmente en una frase: sobra petróleo. La combinación de una demanda enfriándose, tanto por un frenazo del crecimiento coyuntural, que ha ganado peso tras conocerse el dato de empleo de agosto en EEUU, como por la incorporación de fuentes de energía alternativas, con una oferta mundial de crudo cada vez más alta, parece que no tiene más salida que presionar a la baja a los precios del recurso energético. Esta semana el barril Brent europeo ha caído de precio todos los días, y cierra con un descenso de casi el 10%. Es la peor que se ha vivido desde diciembre del año pasado, y profundiza las caídas que se están viviendo en 2024 hasta llevar al barril a los precios más bajos que se han visto en casi tres años, desde diciembre del año 2021. El West Texas estadounidense, por su parte, cae de forma similar, hasta mínimos no vistos desde verano de 2023.

Política monetaria

El Banco Central Europeo (BCE) ya está preparado para volver a bajar los tipos de interés, después del primer movimiento que llevó a cabo en junio. Los miembros del Consejo de Gobierno del organismo han admitido que el recorte se va a producir la semana que viene, y no se esperan sorpresas en este sentido. La novedad en este encuentro es que el BCE va a actualizar su cuadro de previsiones macroeconómicas, y los analistas sólo esperan una revisión a la baja de las estimaciones de crecimiento del PIB para el año 2024. El avance económico previsto para 2025 y 2026 se quedará igual, y tampoco habrá cambios en el cuadro de previsiones de inflación. Si esto se cumple, abre un escenario en el que el BCE podrá bajar los tipos sin miedo a volver a disparar el IPC, pero los analistas esperan un ciclo tranquilo, con el BCE alternando una bajada de tipos en cada dos reuniones.