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El petróleo cae a mínimos de 2021: sufre su peor semana del año por miedo al frenazo económico

El petróleo se hunde hasta los 71 dólares
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La primera semana de septiembre termina como un ejemplo claro de las tensiones que está sufriendo el petróleo en los últimos años. La situación que está viviendo el mercado, y que ha quedado patente en los últimos cinco días, se explica fácilmente en una frase: sobra petróleo. La combinación de una demanda enfriándose, tanto por un frenazo del crecimiento coyuntural, que ha ganado peso tras conocerse el dato de empleo de agosto en EEUU, como por la incorporación de fuentes de energía alternativas, con una oferta mundial de crudo cada vez más alta, parece que no tiene más salida que presionar a la baja a los precios del recurso energético. Esta semana el barril Brent europeo ha caído de precio todos los días, y cierra con un descenso de casi el 10%. Es la peor que se ha vivido desde diciembre del año pasado, y profundiza las caídas que se están viviendo en 2024 hasta llevar al barril a los precios más bajos que se han visto en casi tres años, desde diciembre del año 2021. El West Texas estadounidense, por su parte, cae de forma similar, hasta mínimos no vistos desde verano de 2023.

El principal factor alcista para el petróleo en los últimos años ha sido el acuerdo del cártel de productores conocido como OPEP+ (los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus socios externos), que ha intentado, a costa de sus ingresos por la venta de crudo, mantener los precios altos. Lo ha hecho a base de limitar su propia producción, pero en las últimas semanas el impacto de su política está siendo insuficiente para evitar las caídas de precio que se están produciendo.

De hecho, esta semana ha quedado patente la incapacidad que tiene el cártel para sostener los precios del barril cerca de los 80 dólares. El cártel, que anunció en junio sus intenciones de ir aumentando la producción paulatinamente, y así empezar a disfrutar de los ingresos que le generaría un crudo en precios relativamente altos, ha tenido que dar marcha atrás a esta decisión, por las caídas que experimentó el barril tras la publicación de sus intenciones. El cártel ha anunciado que retrasa el inicio del proceso de aumentar la oferta hasta diciembre, pero que el plan sigue en marcha, una decisión que, probablemente, tendrán que matizar si los precios del crudo continúan sufriendo las caídas que se han visto esta semana.

El anuncio de la OPEP+ de retrasar el inicio de este aumento de oferta no ha servido para impulsar los precios del barril. En un primer momento, sí se produjo un rebote de los precios, pero, pocas horas después, los mercados parecieron centrarse en la realidad de fondo del crudo, que recuerda que sobrarán barriles en el mercado, al menos, el próximo año. El economista jefe de la petrolera BP, Spencer Dale, ya avisó a finales de julio de que la OPEP+ lo tendría muy complicado para poder llevar a cabo su plan de aumento de oferta, y su apuesta parece que se va a cumplir.

En 2025 sobrará petróleo, y el mercado lo sabe

Las estimaciones de la Agencia Internacional de la Energía, uno de los organismos de análisis más importantes del mundo, apuntan en la dirección de la sobreoferta. Las previsiones de la Agencia apuntan a un aumento del consumo de menos de 1 millón de barriles diarios el año que viene, en torno al 1% desde los niveles de 2024, a medida que el impacto de los estímulos que se inyectaron por la pandemia van desapareciendo, la economía asume la crisis de China y el frenazo del crecimiento en Estados Unidos, combinados con el impacto de la transición hacia el coche eléctrico.

Así, el débil aumento de la demanda que se proyecta para el año que viene será superado con creces por la nueva producción de petróleo que va a ir llegando al mercado. El principal responsable es el mayor enemigo de la OPEP+ de los últimos tiempos: Estados Unidos. El gigante norteamericano sigue incrementando la producción de petróleo, y las estimaciones de la agencia apuntan a que la oferta mundial superará al crecimiento de la demanda en un 50%, lo cual desembocará en mayores inventarios mundiales y, en consecuencia, en una presión bajista más fuerte para el precio del barril. En este contexto, cada vez más analistas esperan que el barril siga cayendo, hasta alcanzar los 60 dólares. Es el escenario que apuntan ahora firmas como Citi o JP Morgan.

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