El último año de Repsol ha sido positivo para el accionista. La compañía está cumpliendo con su plan estratégico antes de lo previsto, alcanzando objetivos de retribución antes de lo estimado, gracias, en buena parte, al efecto beneficioso que han tenido en su negocio los altos precios del petróleo. Ir por delante de sus objetivos de dividendo en metálico comprometidos no ha sido el único logro que ha conseguido la petrolera española. El año pasado también aceleró la recompra de acciones anunciada hasta alcanzar la meta marcada en el plan estratégico para 2025. Aunque aún quedaría una parte si quisiera borrar el efecto del scrip dividend.