
Dejar el dinero aparcado para no tener exposición al mercado ha perdido atractivo frente a una renta fija de corto plazo y otros activos, como los depósitos, que ya ofrecen retornos interesantes para los inversores.
Después de un año 2022 que ha sido muy negativo para los inversores, con pérdidas históricas en renta fija y un ejercicio muy complicado para la bolsa (el S&P 500 terminó el año con una caída del 19,4%, el Stoxx 600 con pérdidas del 18,1% y el MSCI World con un retroceso del 19,5%), buena parte de las carteras de inversión han buscado refugio en la liquidez, esperando que llegue un momento más apropiado para invertir. La recesión está a la vuelta de la esquina, según muchos analistas, y se anticipa un año de mercado, como poco, complicado durante buena parte del ejercicio.
Con este escenario, muchos inversores estarán optando por mantener sus posiciones de liquidez en los próximos meses, y esto puede ser un error si se tiene en cuenta que se pueden encontrar ya rentabilidades lo suficientemente atractivas en renta fija para olvidarse de refugiar su dinero en un fondo monetario.
A medida que los bancos centrales han ido normalizando sus políticas monetarias desde los niveles de tipos de interés más bajos de la historia, el mercado se ha ido adaptando a esta nueva realidad económica. El hundimiento de la renta fija del año pasado, con pérdidas que superaron el 16% en el índice de deuda mundial, tiene ahora un lado positivo: ya hay rentabilidades a vencimiento más elevadas, y prácticamente ha desaparecido todo ese bloque de bonos que no ofrecía ninguna rentabilidad, o incluso esta era negativa, una paradoja para cualquier economista.
¿Qué alternativas tienen los inversores a su disposición? Desde los depósitos, hasta las letras, pasando por el crédito corporativo de más corto plazo, o fondos de inversión que se centran en este tipo de activos, hay todo un abanico de posibilidades que parecen igual de seguras, pero más rentables, que dejar el dinero escondido bajo el colchón y sacrificar la rentabilidad que se puede conseguir en este momento en el corto plazo. Estas alternativas son especialmente interesantes para quien tenga claro que no va a utilizar esa liquidez próximamente.
Hay quien defienden que hay muchos productos de renta fija que no son ahora competitivos, ya que, con rentabilidades a vencimiento por debajo de las tasas de inflación, la pérdida de poder adquisitivo está asegurada. Sin embargo, es importante recordar que se trata de buscar alternativas a fondos monetarios, unos productos que sufrirán todavía más el impacto de la inflación. Además, hay que tener en cuenta que las tasas de inflación están corrigiendo desde los máximos que se han tocado en los últimos meses y, más que los niveles de crecimiento de los precios que se están viendo en la actualidad, lo que el inversor debe tratar de batir es el aumento del coste de la vida que va a haber en un futuro. En este sentido, las expectativas de inflación que maneja el mercado para el largo plazo están muy por debajo de los niveles que se están viendo este año, haciendo que muchos bonos ofrezcan rentabilidades reales (la rentabilidad a vencimiento descontando estas expectativas de inflación).
El aumento de interés en la deuda
El bono estadounidense a 10 años ofrece ahora una rentabilidad a vencimiento del 3,4%, a diferencia del 1,51% que ofrecía al inicio del ejercicio. Sin embargo, el cambio que se ha producido en el mercado de deuda queda todavía más patente si se analizan los tramos más cortos de la curva del Tesoro estadounidense. Esta continúa invertida, lo que significa que los bonos pagan más rentabilidad anualizada por los tramos cortos de un mismo bono, que por los largos, otra paradoja que se produce en momentos puntuales, y suele anticipar una recesión. Sea como sea, la realidad es que los tramos cortos son ahora especialmente interesantes, según destacan muchos analistas y gestores que han decidido incluir este tipo de bonos en sus carteras. Para hacerse una idea de lo que ya ofrece el mercado de renta fija, las letras americanas a 1 mes ofrecen un 4,20% anualizado; las de seis meses, prácticamente un 4,8%. Esto es un 2,4% de rentabilidad con este tipo de productos en medio año, por encima de lo que ofrece el título a 10 años.
Y esto, precisamente, es lo que intentan recoger algunas firmas de inversión para sus clientes. José Miguel Maté, consejero delegado de Tressis AM, explicaba en su última entrevista en elEconomista.es el último fondo que lanzaba la gestora. "Es un fondo que tiene el tramo más corto de la curva, lo que refleja nuestro posicionamiento. En los próximos seis meses el fondo va a sacar una TIR del 2,4%, con muy poquito riesgo. Es un producto que sí obedece a ese cliente más conservador, para el tramo más corto de la curva", explicaba Maté. En este caso, es importante para el gestor que se trate de un producto que hace rolling, porque, "como creemos que aún no se ha visto el final del proceso de endurecimiento de la política monetaria, las rentabilidades que hoy ofrece el vehículo, del 2,4%, mañana pueden ser del 2,6%", señala.
La gestora Vontobel también ve valor en la deuda de corto plazo. "La velocidad y escala de la desaceleración de 2022 significa que incluso los bonos con grado de inversión a corto plazo rinden más que en cualquier otro momento desde la crisis financiera, por lo que vemos buenas oportunidades incluso en el extremo de mayor calidad", señalan.
Deuda a corto plazo en fondos
Si se invierte en renta fija a través de fondos, una categoría que el año pasado atrajo el 89% del dinero nuevo que entró a la industria, es importante tener en cuenta la duración media de la cartera. Más que nada porque aquellos con vencimientos más largos son más sensibles a los movimientos de los tipos de interés que sus homólogos a corto plazo, por lo que conviene invertir en duraciones más cortas en el momento actual.
Entre aquellos con al menos cuatro estrellas Morningstar sobre un máximo de cinco, disponibles para el inversor particular, y convencimientos medios inferiores a los 4 años, hay algunos productos que consiguen ofrecer rentabilidades positivas en el largo plazo. Destaca, por ejemplo, el fondo Nordea 1 - European Covered Bd Op BI, que invierte en deuda corporativa de alta calidad crediticia, y con sus más de 1.100 millones en activos bajo gestión ofrece un retorno anualizado del 2,17% a tres años. La duración efectiva de su cartera ronda los 4 años, e invierte el grueso de su cartera en deuda del sector de servicios financieros.
Si se busca una cartera más diversificada, Fidelity Global Short Duration Inc Y-Acc es otro de los fondos con mejor comportamiento a largo plazo, según los criterios mencionados anteriormente. Invierte un mínimo del 70% en una cesta de bonos diversificada a escala mundial de alta calidad y a corto plazo. En su caso, la duración máxima de la cartera es de tres años. A nivel sectorial, los que más pesan son los bancos y brokers, que representan un 21,2% de la cartera; los bienes de consumo cíclico (12,1%) y la energía (8,3%). Mientras que por países, Estados Unidos es el que adquiere mayor protagonismo, ya que el 35,3% de las emisiones de la cartera proceden de allí. En cuanto a sus resultados, este vehículo ha ofrecido una rentabilidad anualizada del 1,07% a tres años y del 4,06% en un periodo de cinco años.
Vuelven los depósitos
Pero hay más sitios en los que aparcar la liquidez y conseguir rentabilidad a cambio. Después de años desaparecidos de los escaparates de las entidades, los depósitos bancarios que ofrecen intereses atractivos han vuelto de la mano de los bancos online y entidades de menor tamaño. La gran banca, por ahora, no ha entrado con ofertas a remunerar el pasivo. La diferencia de estos productos respecto a los fondos de inversión es que la rentabilidad está garantizada y no fluctúa
En el nuevo escenario dibujado por los bancos centrales ahora es posible encontrar plazos fijos a tres meses que ofrecen un 1%, que es lo que paga el grupo italiano BFF (Banca Farmafactoring), adherido al Fondo de Garantía de Depósitos Italiano (FITD), para inversiones mínimas de 5.000 euros; o del 2% que ofrece el Banco Big, sujeto al Fondo de Garantía de Depósitos portugués, que como el español también garantiza 100.000 euros por depositante, a partir de los 500 euros. En el caso de BFF también ofrece un plazo fijo con vencimiento a 6 meses, que brinda una rentabilidad del 2,27%. La misma que en su plazo fijo a 12 meses, una de las más elevadas en este periodo de tiempo.
EBN Banco dispone también de depósitos con vencimientos cortos (ver gráfico). A cuatro meses, por ejemplo, remunera el pasivo con un 1,3% para importes mínimos de 10.000 euros. A seis meses, el retorno asciende al 1,6%, y a nueve, hasta el 1,85%.
La mayoría de estos productos, que representan el 3,2% del ahorro financiero de las familias españolas (porcentaje que se eleva al 40,8% si se incluye el efectivo y todo el dinero depositado en cuentas de disponibilidad inmediata como las libretas de ahorro o cuentas a la vista) requiere de importes mínimos de acceso, y también de cantidades máximas a remunerar. Sin embargo, entidades como Pibank, que pertenece a Banco Pichincha España y está adherido al Fondo de Garantía de Depósitos español, no establece una cantidad concreta de inversión. En su caso ofrece un 2,01% a 12 meses.