Correlación no implica causalidad. Vicente Nieves lleva buscando explicaciones a los movimientos de los mercados y de la economía desde la crisis financiera de 2007. Aún no tiene la respuesta.
Economía

¡Que viene la japonización! Resulta evidente que la economía de la Eurozona tiene cada vez más parecido con el Japón de hace dos décadas, y el camino a seguir de aquí en adelante también podría ser una réplica. A pesar de la connotación negativa que va implícita en el término 'japonización' (elevado endeudamiento y bajo crecimiento e inflación), lo cierto es que a Japón no le ha ido tan mal como parece, los estándares de vida de su población han seguido aumentando a un ritmo similar al de resto de países avanzados. Sin embargo, la llegada de estos 'males' a la Eurozona pueden tener un efecto diferente por las particularidades que caracterizan al bloque del euro: división y heterogeneidad.

Política monetaria

El Banco Central Europeo (BCE) puede cambiarlo casi todo pulsando un solo gatillo. Si la situación económica se deteriora y la inflación continúa aletargada, el BCE podría rebajar de una vez los tres tipos de interés clave revolucionando a su vez el coste de las subastas de liquidez a más largo plazo (TLTRO por sus siglas en inglés) para la banca. El tono más dovish (expansivo o acomodaticio) de la Reserva Federal, los recurrentes desencuentros entre China y EEUU, y una desaceleración en la Eurozona que ya no es temporal podrían obligar al BCE a hacer mucho más para revivir la economía y la inflación de la zona euro.

Economía internacional

La economía de EEUU está a días de conseguir la expansión económica más larga de su historia. En el mes de julio este ciclo de crecimiento cumplirá 121 meses (casi 11 años) frente al anterior récord establecido entre 1991 y el año 2000, que duró 120 meses. Los ciclos están siendo cada vez un poco más largos pero también es cierto que son menos intensos, se logra que la economía avance durante más años pero a un ritmo inferior.

Política monetaria

Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo (BCE), ha abierto la puerta a reactivar el programa de estímulos (también denominado como bazuca) para subsanar la flacidez de la inflación y del crecimiento en la Eurozona. El italiano aseguró este martes en Sintra (Portugal) que el programa de estímulos tenía todavía espacio, algo bastante dudoso ante la escasez de bonos alemanes u holandeses para comprar (y es que el BCE debe mantener la proporción de su cartera: si compra deuda italiana tiene que adquirir automáticamente del resto de países). Aún así, Draghi dejó entrever que la flexibilidad de los parámetros (que ahora impiden comprar más bonos alemanes) es muy importante para que el BCE cumpla su mandato y porque sabe que sin esa elasticidad no puede reanudar los estímulos. Si el BCE quiere relanzar un nuevo programa de compras de deuda soberana necesita ampliar los parámetros (autoimpuestos) que limitan sobremanera la compra de bonos.

Draghi reconoce que serán necesarios si peligra el objetivo de inflación

Política monetaria

Mientras que Draghi avanza un pasito en la flexibilización monetaria los mercados lo interpretan como un salto. Los bancos centrales han pasado de la paciencia (no hacer nada) a abrir las puertas a las bajadas de tipos. Esta condicionalidad (abrir las puertas no asegura un movimiento) la ha interpretado el mercado como la preparación del terreno para la ejecución de rebajas inminentes del precio del dinero, aunque el mensaje oficial de los banqueros centrales todavía no contemple este escenario de una forma tan tajante. Por ahora, Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo, mantiene en su hoja de ruta que los tipos de interés se mantendrán en los niveles actuales hasta el primer semestre de 2020.

Renta per cápita

Desde la introducción del euro, hace ya 20 años, España no ha logrado reducir la brecha de renta per cápita con la Eurozona, a pesar de que uno de los objetivos de la divisa única era la convergencia económica. Desde 1999 hasta 2008 (con burbujas y generación de grandes desequilibrios) la distancia se redujo en más de 10 puntos porcentuales gracias a la fuerte creación de empleo y al auge de los salarios. Sin embargo, la crisis llevó a España de nuevo a la casilla de salida y desde entonces apenas se ha reducido la brecha. La dificultad de la economía española para generar empleo a la vez que crece la productividad podría ser el gran motivo que explica este atasco en la ansiada convergencia con la zona euro.

Las entidades alemanas y francesas soportan el mayor peso de la carga