El petróleo no para de entrar en China: Rusia e Irán se aprovechan de la extraña estrategia de Pekín
China sigue a lo suyo. Ni la desaceleración de su economía ni el desplome de sus mercados financieros están deteniendo el 'atracón' de petróleo que se están dando sus refinerías y empresas petroleras. Aunque la lógica económica dice que una economía que crece menos y que pierde población debería consumir menos crudo, las empresas estatales chinas han vuelto a importar una cantidad récord de petróleo en diciembre (con Rusia e Irán como grandes beneficiados), lo que podría estar ayudando a sostener el precio del barril por encima de los 80 dólares. Si China sigue los patrones de años pasados, en los primeros meses de 2024 (temporada alta de compras de crudo para Pekín) debería importar cantidades aún superiores. Las grandes preguntas son qué está haciendo con ese petróleo (almacenarlo, refinarlo...) y si Pekín va a mantener este vertiginoso ritmo de compras y cuánto cabe en sus reservas.