En esta Europa decadente hace tiempo que la palabra crisis se viene adjetivando a un gran número de infortunios sociales y económicos tristemente encadenados. El que ahora más preocupa y ocupa las portadas de los medios comenzó, al menos sobre el terreno, el último jueves de febrero bajo la invasión rusa a la región ucraniana del Dombás. Aunque el conflicto bélico bien podría sumarse a otros como el de Siria, Libia o Afganistán, la excepcional implicación tanto de la Unión Europea como EE.UU. ha provocado que algunos expertos se atrevan a posicionarlo como «la auténtica» Primera Guerra Mundial por su impacto en los 7.900 millones de habitantes de un mundo que, hasta la fecha, se mantiene globalizado.