La industria de la automoción pelea para salir de las arenas movedizas. La demanda deprimida y la fuerte competencia de los fabricantes chinos suponen un lastre para el negocio de la mayoría de los jugadores del sector. Y en esos tiempos difíciles, el dinero inyectado por los bancos es savia vital. CaixaBank y BBVA destacan entre las entidades europeas más expuestas al sector en términos de crédito, según un análisis elaborado por S&P Global Ratings. Y aunque los posibles retos de la industria de los coches deberían ser en gran medida manejables para los bancos, los préstamos a proveedores de automóviles podrían generar costes crediticios adicionales para las entidades.