Desde las primeras tarjetas de crédito inventadas en 1930 con forma de placa metálica hasta llegar a poder pagar con un reloj analógico. La pandemia ha acelerado la transformación del sector financiero y ahora el futuro de los pagos se encuentra en la palma de la mano. Con la misma sencillez y comodidad que se mira la hora, se puede pagar.