En un mundo donde el lujo se ha convertido en una suerte de religión laica, los Arnault, dueños del emporio LVMH, no solo ofrecen objetos de deseo, sino que construyen imperios de influencia que trascienden los límites de la moda y el champán. Su última jugada estratégica, la adquisición del Paris FC en sociedad con Red Bull, revela un plan calculado que, bajo el disfraz de valores deportivos, ambiciona expandir su dominio sobre un terreno aún más fértil: el deporte y su colosal capacidad de irradiar poder cultural.