Redactor de Informalia.

El rey Juan Carlos ha iniciado, con la demanda por injurias presentada contra Miguel Ángel Revilla, una ofensiva judicial que no termina en el expresidente de Cantabria. El revuelo mediático, dicen, ha sorprendido "hasta al propio monarca". A nosotros lo que nos sorprende es que le cause sorpresa: es decir, cuesta creer que un exjefe de Estado se extrañe de que sus decisiones generen titulares o abran telediarios. Incluso cuesta creer que no sea consciente de daño que causa a la Corona.

En esta partida de ajedrez que dura más de lo que nadie quisiera, el rey emérito demanda a su amante y Corinna mueve ficha. Y vende la casa. Porque hay derrotas que se camuflan de mudanza. Y porque, al final, el único trono que permanece es el de quien aprende a perder con estilo.

El anuncio sacudió la industria del lujo como una de esas pasarelas donde cada paso es una declaración de poder: el Grupo Prada adquirirá el 100% de Versace por 1.250 millones de euros (además de asumir la deuda de la compañía). La noticia, confirmada en una conferencia con analistas y prensa, marca un hito no solo por la magnitud financiera, sino por la ambición simbólica: un conglomerado de lujo, que vuelve a ser italiano, dirigido por la familia Bertelli-Prada, recupera para Europa uno de sus iconos más reconocibles tras años bajo control estadounidense.

Durante años, mientras en los pasillos del Congreso las corbatas se apretaban más que las verdades, una joven periodista tomaba notas con letra urgente. Sonsoles Ónega recorría aquel territorio de taquígrafos y traiciones con la mirada afilada y los tacones firmes, como si en cada esquina pudiera encontrarse con la Historia. Y allí, en ese páramo de retórica y ley seca, alguien la miraba desde el otro lado de la pantalla, desde el Olimpo del informativo: Pedro Piqueras.

Amalia de Holanda regresó a Madrid esta semana para inaugurar en la Plaza de Oriente un jardín de tulipanes y una placa conmemorativa del acto, como agradecimiento a la capital y a nuestro país por el cariño y la discreción de los que disfrutó en 2023, cuando huía de las amenazas de muerte que recibía de grupos mafiosos ligados al narcotráfico. La princesa, que ahora tiene 21 años, iniciaba entonces sus estudios universitarios en Ámsterdam, donde compartía un apartamento con amigas, pero tuvo que regresar al Palacio Real en La Haya, junto a sus padres, agobiada por las amenazas y las medidas de seguridad que le impedían llevar una vida normal. Fue entonces cuando los reyes y su hija mayor, cuyo español es tan perfecto como el de su madre argentina, decidieron que se trasladara a Madrid como estudiante del Instituto de Empresa. Allí asistía a clases, se examinaba y estudiaba a distancia las asignaturas de Política, Psicología, Derecho y Economía, que había iniciado en Ámsterdam.

Levi Strauss & Co. está atravesando un momento de crecimiento sólido a pesar de los desafíos que plantea la tormenta arancelaria. En su informe de resultados del primer trimestre de 2025, Michelle Gass, presidenta y directora ejecutiva de la compañía, ha destacado que las ventas orgánicas aumentaron un 9%, lo que marca un inicio de año "muy fuerte". "Hemos tenido un trimestre fuerte", afirma, subrayando que este aumento en las ventas no solo refleja un buen dato en términos de ingreso, sino también un crecimiento en los márgenes de la empresa, lo que constituye una prueba más de que la transformación que Levi's ha venido implementando está dando frutos. Cierto es que hablamos de antes de la guerra arancelaria. De momento ha querido cerrar los ojos al impacto de los aranceles.

En ambientes políticos, en los salones y en las redacciones de muchos medios de comunicación, todavía se comenta con asombro y estupor la demanda del rey Juan Carlos contra Miguel Ángel Revilla, en la que le reclama 50.000 euros por supuestas manifestaciones injuriosas realizadas por el ex presidente cántabro entre mayo de 2022 y enero de 2025. Ha sido una noticia tan inesperada como impactante. El emérito y el ex político eran amigos cercanos y hasta confidentes. Revilla admiraba al antiguo monarca, y Juan Carlos I tenía confianza en este peculiar personaje, que caía bien a mucha gente y presumía de no casarse con nadie.

Guillermo Tell es una película que, a pesar de sus altibajos, consigue transmitir la esencia de la leyenda. No es una obra maestra, ni tampoco una versión revolucionaria del personaje, pero sí un intento por revivir el sabor clásico de las aventuras épicas. Quienes busquen una película de acción con intriga y momentos heroicos encontrarán algo que disfrutar. Pero quienes esperen una reinterpretación profunda o un retrato más complejo de la leyenda de Tell, quedarán, quizás, algo decepcionados.

"¿Qué opináis de que saquen a la gente en bikini?", preguntaba Pablo Motos, siempre atento a los temas de los que habla la gente, en su tertulia del pincho de tortilla de El Hormiguero ante Cristina Pardo, Juan del Val, Nuria Roca y Tamara Falcó. Fue la marquesa de Griñón, que ha sido retratada en bikini en portadas como esta de Hola, la primera en entrar al trapo. "No había ninguna necesidad de hacerle eso a Leonor: cosificarla y ponerla en una portada en bikini. ¿Por qué tienen derecho a rentabilizar estas fotos sin pagar los derechos de imágenes las revistas? Una cosa es sacar una foto a la infanta cuando es algo oficial y otra en su vida personal, que es totalmente distinto. A mí me han sacado sin parar, pero siempre me pregunto: ¿Ese tipo de acoso por qué está justificado?". Juan del Val (que ha aparecido en portada de la misma revista junto a su mujer) le explicó que esas fotos "se publican porque nosotros lo vemos y leemos" y añadió que "Leonor en bikini tiene más interés que vestida de militar" y que "esto es un hecho que no es discutible". Así es. Es decir, esa portada existe por la misma razón que existe El Hormiguero y al final del razonamiento podemos señalar que existe porque se genera audiencia y una empresa gana dinero porque satisface (legalmente) una demanda. Otra cosa es que haya gente que crea que El Hormiguero o esa portada molestan. Pero son legales.

Hace ahora tres décadas, el 3 de abril de 1995, el cine español perdía a una de sus cómicas más queridas y singulares, Gracita Morales. Su rostro, sus ojos claros y sobre todo su inconfundible voz chillona y muy personal resonaban en las pantallas de una España que aún caminaba por los vericuetos de la Transición, donde comedias tildadas de "españoladas" componían una paste crucial de un cine muy limitado por razones de censura y de presupuesto. La figura de Gracita, ese personaje entrañable de "chacha" que parecía más una amiga que una sirvienta, ha quedado grabada en la memoria colectiva de más de una generación de espectadores. Sin embargo, detrás de esa imagen de cómica inofensiva y entrañable, se ocultaba una mujer que acabó rota por las miserias de la vida, que luchaba contra la soledad, la depresión y el dolor, mientras su carrera se desmoronaba.