Hay un gran temor que rodea al gran rearme de Europa: que la potente inversión que fluirá desde Bruselas y las capitales de todo el continente se disperse por todo el planeta y en particular en EEUU, ante la incapacidad de una industria aún poco desarrollada para hacer frente al tsunami de pedidos. Esta preocupación está en las más altas esferas . De hecho la misma Ursula Von der Leyen, presidenta la Comisión Europea, ha dicho este martes que la práctica totalidad de los fondos deberán gastarse en firmas del Viejo Continente.