Juan Carlos Lozano
21/11/2016, 15:01
Mon, 21 Nov 2016 15:01:02 +0100
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La austeridad, al menos como la hemos conocido en los últimos años, parece tocar ya a su fin. Tras una crisis de caballo provocada por un gasto incontrolado, tocaba hacer lo que cualquiera haría en su casa: recortar costes (plan de ajustes) y desapalancarse (intentar reducir el volumen de créditos). Ahora, con la economía creciendo a un ritmo sostenido, y con las incertidumbres políticas, al menos a corto plazo, solventadas, es hora de pensar en dejar que la economía vuelva a crecer y sobre todo, es hora de olvidar los recortes. Porque los recortes son una de las excusas sobre la que cabalgan los populismos, que a pesar de defender modelos fracasados una y otra vez en distintos países y momentos, siguen atrayendo adeptos con el discurso del descontento.