Exdiputado general de Bizkaia

El debate abierto ante la posibilidad de hacer fijos los gravámenes impuestos a energéticas y bancos con motivo de la pandemia, que se pusieron en marcha para su aplicación durante dos años y vencen ahora a finales de 2024, ha levantado una polémica política por sus implicaciones en el ideario económico de los partidos políticos concernidos.

En el esquema institucional de Euskadi la organización de los trabajadores y empresarios, en sindicatos y patronales, son una pieza básica para entender las relaciones laborales que han de darse en el ámbito de la Administración y las empresas para un correcto y democrático desarrollo de la vida de un país. Es evidente que desde el año 1979, con la aprobación del Estatuto Vasco la sociedad, a pesar de ETA y sus secuelas, ha avanzado una inmensidad, logrando unos niveles de desarrollo económico y social que nos han llevado a cotas impensables.

El desarrollo de la política vasca estos últimos tiempos está teniendo unas expresiones que conviene tener en cuenta de cara al futuro, y más por dónde va a derivar el curso político en el Estado y en la UE. En Euskadi tenemos la suerte de no tener partidos de extrema derecha, VOX apenas tiene un 2%, y ello posibilita una gobernación más equilibrada, pero en cambio sí tenemos radicales de izquierda con representaciones elevadas que nos llevan a considerar algunas consecuencias.

Empezó la campaña electoral con un perfil muy bajo, pero al final han salido chispas entre otras cosas por la falta de respuesta del candidato de EH-Bildu a la pregunta que le hizo un periodista de la cadena SER sobre ETA.

Últimos artículos de Opinión