Opinión

Una anomalía sindical a corregir

Jose Alberto Pradera, exdiputado general de Bizkaia. DOMI ALONSO

En el esquema institucional de Euskadi la organización de los trabajadores y empresarios, en sindicatos y patronales, son una pieza básica para entender las relaciones laborales que han de darse en el ámbito de la Administración y las empresas para un correcto y democrático desarrollo de la vida de un país.

Es evidente que desde el año 1979, con la aprobación del Estatuto Vasco la sociedad, a pesar de ETA y sus secuelas, ha avanzado una inmensidad, logrando unos niveles de desarrollo económico y social que nos han llevado a cotas impensables.

Casi desde el inicio de esta "aventura" de país, la sociedad fue encajando las piezas y sobre todo estos últimos 12 años se ha ido configurando un cuadro sindical que se corresponde con los esquemas que políticamente se han ido consolidando.

Los votantes del PSE-EE afiliados a UGT, los de la izquierda amplia y comunista afiliados a CCOO, los de ahora Bildu afiliados a LAB y quedan los del cuarto polo del país.

Los votantes del PNV van con ELA, hasta que la práctica sindical pactista de los otros sindicatos se vio que tropezaba con una práctica frentista de ELA y que llevaba al país a un camino poco adecuado para seguir creciendo.

No es normal que Euskadi tenga el mayor nivel de huelgas del Estado ni el nivel mayor de absentismo laboral.

Que los Gobiernos, Diputaciones y Ayuntamientos estén sometidos al chantaje de ELA me parece que es consecuencia de una anomalía sindical, cuando el que gobierna está liderado por el PNV.

Lo señaló por activa y por pasiva el anterior lendakari Urkullu. Lo acabamos de ver en la Mesa de Sanidad liderada por el lendakari Pradales y esto así no puede seguir, es un lastre que no debemos soportar.

Y como algo hay que hacer, he estado siguiendo la trayectoria de ESAN, un sindicato monosectorial en la Ertzaintza que se corresponde con una práctica que es asimilable con lo que decía de PSE-UGT, Comunistas CCOO, Bildu-LAB y que podría ser PNV-ESAN y completaría el cuadro de sindicatos con vocación de país.

Probablemente ESAN debiera empezar primero por la Administración (Ertzaintza, Osakidetza, Educación, Transportes, Diputaciones y Ayuntamientos) para dar el salto a las empresas. Estoy seguro que el mundo empresarial está deseando que esto ocurra, pero la Administración lo necesita urgentemente.

Cuando decimos lo de atraer talento y empresas, con este lastre no es nada fácil. Con lo que podía haber sido y no es, empresas que se van o que no vienen, la recaudación fiscal hubiera sido mayor, podríamos habernos planteado mayores niveles de bienestar y seguridad en el futuro.

Igual tenemos que pedir transparencia para la caja de resistencia y ver dónde está y cuánto es.

El daño del chantaje de ELA es incalculable y no vamos a permitirlo por el bien de Euskadi. Merece la pena ESAN eta AURRERA.

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