Opinión

Es la economía, estúpido

José Alberto Pradera, exdiputado general de Bizkaia. DOMI ALONSO

El debate abierto ante la posibilidad de hacer fijos los gravámenes impuestos a energéticas y bancos con motivo de la pandemia, que se pusieron en marcha para su aplicación durante dos años y vencen ahora a finales de 2024, ha levantado una polémica política por sus implicaciones en el ideario económico de los partidos políticos concernidos.

Primero, habría que hablar sobre la seguridad jurídica de una medida que se toma en contra de lo dicho a los agentes económicos que planifican sus inversiones, con lo que se les va diciendo desde las autoridades competentes.

No es de recibo cambiarlas a conveniencia, de SUMAR en este caso, porque la credibilidad se resiente y no es lo que procede. Para Euskadi es básico. En este caso, la pretensión de pasarlo a fijo, ya como impuesto, genera un daño reputacional tremendo.

En Euskadi se trataría de un impuesto concertado y se podría tomar la decisión de aplicarlo con un tipo cero (0) y no tendría efecto, pero nada de ello es cierto en cuanto a consecuencias económicas, porque las empresas vascas afectadas por esos impuestos en territorio común si estarían afectadas. Si apoyamos ese impuesto en el Congreso de los Diputados, estamos imponiendo ese impuesto extra a las empresas vascas que operan en territorio común y que pagarían al Gobierno Central (hacienda central) en cifra relativa.

Penalizaríamos a Kutxabank por sus actividades fuera de Euskadi, además de por Cajasur, lo mismo que a Petronor, Repsol, BBVA o Iberdrola. Si el PNV vota a favor de este impuesto penalizará gravemente a estas empresas vascas, dañando la esencia del Concierto Económico que trata de potenciar la actividad económica del territorio.

No hablemos de los accionistas vascos, muchos jubilados que viven de las rentas de los dividendos.

La decisión que el PNV ha de tomar no es neutral y somete al Concierto a un 'test de estrés' que no conviene de ninguna de las maneras. El proceso electoral en el que está inmerso el partido le hace aún más delicado, por llamarlo de alguna manera.

Ahora el PNV está una primera vuelta, pero para la segunda habrá que hablar de estos asuntos tan importantes, porque no da igual unos que otros para el futuro de Euskadi, visto lo visto.

Si los de SUMAR tienen que tapar el caso ERREJON, no van a sacar este nuevo impuesto o la rebaja de las horas semanales a costa de lastrar la economía productiva.

Además, estamos en una coyuntura muy débil con gobiernos conservadores en el entorno (Portugal y Francia) y Marruecos es un destino apetecible por su dejadez en el sector energético.

Es la geopolítica y la geoeconomía estúpidos, que diría Bill Clinton en 1992.

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