
Director adjunto de elEconomista. Asesor del Fondo Tressis Cartera Eco30. Promotor del Eco10 y Eco30 Stoxx
Piedras, arena y huesos... ese es el mercado en el que nos hemos metido esta semana. La importancia de la frontera que hemos cruzado obliga a señalarla en el calendario como uno de esos acontecimientos que habrá que recordar de los últimos años, al estilo de la devaluación del yuan de agosto del 15, la de enero del 16 o el Brexit (junio del 16).
En esto del periodismo acabas haciendo cosas inverosímiles como ir en bicicleta eléctrica por tierras polacas, a ocho grados bajo cero -que el bidoncillo del agua se queda congelado-, pedaleando con el equipo ciclista con destino a la Cumbre del Clima (COP 24) de Katowice.
La llegada de una nueva dirección a Naturgy ha supuesto un cambio total para la compañía, que, en palabras de Steven Fernández, director Corporativo de Mercado de Capitales de la empresa, "está obsesionada con el valor, no con el crecimiento". De momento, el mercado ha comprado las líneas maestras dibujadas por la utility, que busca ser cada vez más eficiente.
BBVA está estirando hasta límites insospechados el maleficio global que le ha caído. Entre las alarmas que se han encendido en el mapamundi este año, el banco clava dos chinchetas de gran tamaño, la segunda mucho mayor que la primera: Turquía y México. La llegada de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) a Los Pinos ha estresado en bolsa los títulos hasta excavar los 5 euros.
Cuando miras las carteras de los nombres en mayúsculas de la gestión activa y, sobre todo, de las de valor te das cuentas de cómo están preparados para la que se nos viene encima frente a los índices. Las carteras de estos están compradas a precios que el mercado devolvería el precio de adquisición en ocho años, mientras que en el Ibex costaría entre doce o trece. Con un detalle importante, que es mucho más fácil que se produzcan recortes de las estimaciones de beneficios en el Ibex que en las compañías que compran los gestores activos.
Francisco García Paramés ha aportado a la inversión española lo que Ferrán Adrián a la cocina. Su nombre causa admiración y reverencia, y son muchos los que se declaran seguidores de su religión en la búsqueda de valor debajo de las piedras. Sus secretos de cocina los esconde y no los desvela, pese a escribir sus experiencias en Invertir a largo plazo (Deusto) o fomentar la formación a través de Value School.