Viajemos a 1984. El patrocinio de Nike a Michael Jordan no solo cambió la historia del baloncesto, sino que transformó para siempre la industria del deporte y del marketing. Recordemos: Nike en ese momento era un jugador pequeño en el mercado de calzado de baloncesto. Y apostó por Jordan, un novato de la NBA, con un contrato de 500.000 dólares y una línea exclusiva: las Air Jordan.