
Viajemos a 1984. El patrocinio de Nike a Michael Jordan no solo cambió la historia del baloncesto, sino que transformó para siempre la industria del deporte y del marketing. Recordemos: Nike en ese momento era un jugador pequeño en el mercado de calzado de baloncesto. Y apostó por Jordan, un novato de la NBA, con un contrato de 500.000 dólares y una línea exclusiva: las Air Jordan.
En ese entonces, las deportivas de baloncesto eran todas blancas. Incluso, la NBA multaba a los jugadores por usar zapatillas de colores distintos. Nike cubrió cada multa de Jordan, convirtiendo esta prohibición en una ventaja de marketing. Así, los Air Jordan se convirtieron en un símbolo de rebeldía y estilo.
40 años después vemos otro movimiento: es una estrella futbolística en sus últimos años y una marca deportiva conocida en todo el mundo, pero con un atributo de accesibilidad y no de riesgo. La alianza entre Decathlon y Antoine Griezmann representa un cambio en el branding deportivo.
Que una figura del fútbol de élite elija Kipsta, la marca de fútbol de Decathlon, desafía la supremacía de gigantes como Nike o Adidas. Esta alianza no es solo un acuerdo de patrocinio, sino una declaración de la relevancia de las marcas propias en el mercado deportivo. Entonces Decathlon, con su enfoque en hacer accesible el deporte, eleva ahora su estrategia hacia un público aspiracional. De hecho, una bicicleta de Decathlon bajo la marca Van Rysel casi ganó la Vuelta a España y ha quedado segunda del mundial.
La alianza de Griezmann y Decathlon subraya el poder creciente de las marcas propias
Hoy, la exclusividad no es la única forma de captar la atención; la autenticidad y el enfoque en el cliente también son estrategias efectivas. Así, Decathlon desafía a los gigantes deportivos al demostrar que la democratización del deporte es posible sin perder calidad. Esta nueva era del branding nos enseña que conocer al cliente, conectar con sus valores y ofrecer productos accesibles y éticos son claves para el éxito.
La propuesta de Decathlon se basa en acercar el deporte a todos los públicos. Esto se refleja en sus productos, accesibles y de calidad, y ahora también en el posicionamiento de Kipsta con Griezmann. Al centrar su branding en la "democratización del deporte", Decathlon desafía el estigma de que los productos de calidad solo son accesibles a quienes pagan un precio premium.
La apuesta por Griezmann confirma la idea de que la calidad es posible sin exclusividad y demuestra que una estrategia enfocada en el cliente puede tener éxito en un mercado competitivo.
Este movimiento se alinea con una tendencia en el mercado: las marcas propias están ganando peso. Deportistas como Harry Kane y Endrick firman con marcas menos tradicionales como Skechers o New Balance. La razón es clara: ya no se prioriza únicamente la trayectoria de una marca, sino su capacidad de conectar con los valores y necesidades de los deportistas actuales. Decathlon representa un modelo de "branding democrático" que rompe con la exclusividad, invitando a todos a participar en el deporte sin comprometer la calidad.
Lo tengo claro: las marcas que conocen a su cliente y responden a sus necesidades tienen una ventaja. El enfoque en la accesibilidad y la calidad puede ser tan efectivo como el de exclusividad.
El reciente fichaje de Griezmann también enseña que, en branding, la narrativa detrás de la marca es crucial. Si en el pasado Nike creaba una imagen de exclusividad al aliarse con figuras como Michael Jordan, Decathlon opta por una estrategia opuesta pero efectiva: hacer accesible la calidad profesional a cualquier deportista.
Esta identidad inclusiva se alinea con una sociedad que valora la autenticidad. En un mercado donde la confianza en las marcas tradicionales se ha reducido, la autenticidad de Decathlon gana terreno. La lección aquí es que crear productos asequibles y de calidad capta la atención de nuevos segmentos. Y eso tiene mucho impacto en la narrativa de marca.
Para medir el éxito de esta colaboración, Decathlon deberá ir más allá de las ventas: estudiar la satisfacción del cliente (NPS) y analizar las menciones en redes sociales serán métricas útiles. La clave estará en observar cómo esta asociación con Griezmann afecta la lealtad de los clientes hacia Kipsta y si permite a la marca capturar una mayor cuota de mercado frente a competidores establecidos. Si los datos muestran un incremento en la fidelidad y el posicionamiento de Kipsta, la alianza habrá sido un paso en la dirección correcta.
Pero esta estrategia también enfrenta desafíos, como el alejamiento a ciertos segmentos del mercado que aún valoran la exclusividad. Otro reto es mantener la percepción de calidad sin diluir la accesibilidad, asegurando que Kipsta sea vista como una opción seria y no como una alternativa "económica."
El tiempo dirá si la pelota entra en la portería o toca el larguero, pero de momento el golpeo de balón parece excelente.