La industria vinícola, motor económico y cultural de regiones enteras, se enfrenta a un momento decisivo. Y es que el consumo mundial de vino cayó en 2024 a su nivel más bajo desde el año 1961, según datos de la Organización Internacional del Vino, que también alerta sobre la incertidumbre que vive el sector por culpa de la guerra arancelaria iniciada por Estados Unidos.