Podcasts

El peso oculto del tabaco en el campo: los grandes desafíos del sector ante una campaña optimista

Madridicon-related

El humo ya no es protagonista en discotecas, ni en restaurantes, ni mucho menos en las oficinas. Pero a pesar de ello, el tabaco sigue jugando un papel fundamental en el campo español, sobre todo en algunas regiones. En pleno debate sobre salud pública, este cultivo aún mantiene su peso como motor de empleo y dinamizador industrial. Aunque la presión regulatoria, la caída del consumo y la búsqueda de cultivos alternativos provocan que el sector se encuentre en una transformación acelerada, con un futuro incierto.

Este es el contexto en el que comienza la campaña de tabaco, con cierto retraso en las siembras provocado por las lluvias. En un ejercicio en el que se espera una mayor producción, con más hectáreas cultivadas y mejores precios para los agricultores. Que, por contra, se enfrentan a los problemas de falta de mano de obra, además de la limitación para el uso de fitosanitarios.

Los profesionales del sector consideran que nos encontramos ante una buena campaña, tanto en cantidad como en calidad, con casi 400 hectáreas más cultivadas, casi todas en el norte de Cáceres, donde se concentra este cultivo.

Pueblo con plantación de tabaco
Vista aérea de un cultivo de tabaco en Vera (Extremadura) | Imagen: Dreamstime

En concreto, los cerca de mil agricultores que han decidido cultivar tabaco esperan vender más de 23 millones de kilos, según previsiones de la Interprofesional del Tabaco, en declaraciones a EFE. Esta cifra, que se volverá a revisar en junio, supone un incremento de casi el 4% respecto a la campaña anterior.

La principal variedad que se cultiva en España es la de tabaco rubio Virginia. Le sigue Burley, utilizado para cigarrillos rubios y negros; Kentucky, que da más aroma a los rubios; y Habana, que se utiliza para la capa exterior de puros y puritos.

Lluvia, mano de obra y fitosanitarios

El primer contratiempo de la campaña actual tiene que ver con las lluvias. En líneas generales, han sido beneficiosas, pero han retrasado unos días el trasplante en el campo de los plantones de tabaco que han crecido en viveros. Lo normal es que el trasplante hubiera comenzado en la última semana de abril... pero se ha hecho ahora. Y es que la siembre es incompatible con el suelo mojado, pues impide entrar a los tractores, aunque la planta ya estaba pidiendo ser trasplantada.

Este retraso también repercutirá en la cosecha, que suele comenzar en la primera semana de agosto, y que se realizará un poco más tarde.

Otro problema para el sector, más estructural, es la falta de mano de obra puntual, tanto para la siembre, que se suele concentrar en unos 20 días; como para el despunte, en la primera quincena de julio, cuando hay que quitar la flor a la planta de tabaco; y la recolección, que transcurre entre agosto y septiembre.

Colillas de tabaco
Imagen: Dreamstime

Respecto a los fitosanitarios, los agricultores lamentan que la Comisión Europea haya prohibido la utilización del dicloropropeno como desinfectante para evitar plagas, lo que le resta competitividad al tabaco nacional frente al de países terceros.

En el norte de Cáceres el tabaco es un cultivo insustituible, que se complementa muy bien con el del pimiento de la Vera, al que en ningún caso sustituye. Y a pesar de las campañas de concienciación para reducir el consumo de tabaco, desde el sector recuerdan que si no se produce en España, vendrá de fuera, dando pie a más falsificaciones y a tabaco de contrabando, sin ningún tipo de control sanitario ni trazabilidad.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky