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El fin de la histórica crisis del aceite de oliva: la producción promete precios moderados

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Tras dos años marcados por la sequía, la caída de la producción y una subida de precios hasta niveles históricos, el aceite de oliva parece vislumbrar una salida a su crisis más profunda. Este símbolo de la dieta mediterránea y motor del campo español, recibe esta campaña con buenas noticias: todo apunta a que los históricamente altos precios del aceite de oliva no se van a repetir, al menos a corto y medio plazo.

Las cotizaciones en origen continúan a la baja, aproximándose a las registradas en 2022. Mientras que, tras la campaña 24/25, con una producción entre normal y alta, se prevé que la próxima será aún mejor, gracias a las lluvias, lo que permite al sector respirar.

Sensación que se ve acentuada por lo vivido en los últimos meses. Entre julio de 2022 y abril de 2024,los precios del aceite de oliva se dispararon. En ese periodo, se encareció un 112,69%, y los consumidores llegaron a pagar más de 15 euros por un litro de la variedad virgen extra.

Mientras que los agricultores, por su parte, vieron cómo las cotizaciones en origen crecían hasta un 158%, hasta alcanzar casi los 9 euros/litro en enero de 2024, según datos de Infaoliva, recogidos por EFE.

Ahora, estas subidas tan pronunciadas se han moderado. Teniendo en cuenta el IPC, el precio para los consumidores ha caído un 38% entre marzo del año pasado y el actual. Mientras que en el caso de las cotizaciones en origen, el retroceso ha sido de más del 50%.

Tormenta perfecta

España es el primer productor mundial de aceite de oliva. El volumen medio por campaña supera, de largo, el millón de toneladas, salvo en estos dos ejercicios con tantas adversidades. Además, es el primer exportador y uno de los principales consumidores del llamado 'oro verde', con un consumo medio de 550.000 toneladas al año. El auténtico gigante del sector.

Como si de una tormenta perfecta se tratase, el sector sufrió en las pasadas dos campañas una caída extrema en la producción por la sequía, mientras que se enfrentaba, además, a un fuerte repunte de los costes energéticos, del transporte y del cartón o el plástico, provocada sobre todo por la guerra de Ucrania.

Aceite de oliva
Aceite de oliva. | Imagen: Dreamstime

El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación incluyó el aceite de oliva entre los alimentos básicos de la cesta de la compra, eliminando su IVA entre julio y septiembre de 2024, que pasó a ser del 2% en el último trimestre del año pasado, volviendo en 2025 al 4% del tipo superreducido.

El ministro Luis Planas ya apuntó pocos días antes de que comenzara la actual campaña aceitera el 1 de octubre de 2024 que tenía "claro que el precio va a bajar, porque es una cuestión fluida de la oferta y la demanda". Los últimos datos ministeriales aumentan la producción 2024/25 hasta 1,407 millones de toneladas.

Vuelta a la normalidad

Por motivos de competencia, nadie en el sector habla públicamente de cómo se van a comportar los precios en el futuro, pero sí coinciden en calificar que el negocio del aceite de oliva ha vuelto a la "normalidad".

Un estudio de la Fundación Cajamar concluye que el aceite de oliva vive una fuerte recuperación productiva, con precios a la baja y un consumo que bajó menos de lo que subieron los precios, y que se ha recuperado más aceleradamente de lo que se esperaba en los últimos meses, lo que demuestra la fidelidad del consumidor a este alimento.

La tormenta perfecta que sacudió al aceite de oliva español, entre sequías, inflación y mercados tensionados, comienza a disiparse, dejando tras de sí un sector más consciente de su vulnerabilidad, pero también más preparado para adaptarse. Aunque la bajada de precios y la recuperación de la producción ofrecen un respiro, los retos estructurales persisten: la dependencia climática, la concentración de la distribución y la necesidad de garantizar la trazabilidad y calidad del producto seguirán marcando la agenda. El futuro del 'oro líquido' dependerá no solo del cielo, sino también de decisiones políticas, tecnológicas y comerciales que aseguren su sostenibilidad y accesibilidad sin perder su esencia.

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