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Tue, 23 Jun 2020 07:08:27 +0200
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España es el país más retrasado a la hora de establecer una regulación que precise qué gastos debe asumir la empresa y cuáles el trabajador en el nuevo escenario de teletrabajo masivo tras la crisis del coronavirus Covid-19. El teletrabajo ha sido históricamente una actividad casi residual en España. El estallido de la crisis vírica obligó a las empresas a mandar a sus empleados a trabajar desde casa, y a descubrir sobre la marcha las ventajas y defectos del trabajo a distancia. Pero han tenido que pasar tres meses para que la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, haya planteado la necesidad de regular esta actividad. Conciliación, desconexión digital, y sobre todo las compensaciones económicas son aspectos que la futura normativa deberá fijar, para asegurar que los empleados que acuden físicamente a la oficina y los que trabajan desde casa tienen los mismos derechos. Otros países europeos han actuado con mayor presteza ante la misma situación, y han establecido compensaciones para que el teletrabajo no suponga nunca un coste adicional para el empleado.