División interna
Theresa May afronta la batalla por su supervivencia con el viento en contra. El congreso anual de los conservadores británicos arrancó ayer en un ambiente de guerra civil en el que el enemigo fundamental es la propia primera ministra. La falta de autoridad desde unas elecciones que no tenía que haber adelantado y que evidenciaron sus carencias se ha convertido en el caldo de cultivo para la preparación del magnicidio, meramente contenido ante la imprevisibilidad que cualquier movimiento podría generar.