Corresponsal en Londres
Negociación

Reino Unido y la Unión Europea no empezarán a evaluar su futura relación hasta diciembre, como mínimo, dada la "lentitud de ritmo" de las negociaciones de salida. El pronóstico, apuntado por el presidente del Consejo Europeo con la quinta tanda de conversaciones en curso, supone un jarro de agua fría para las ambiciones británicas de cumplir con el calendario y pasar este mes a la siguiente fase. Para la contraparte comunitaria, si Londres quiere hallar responsables de la parálisis no tiene que buscar más allá de su Gobierno y de sus divisiones en torno al divorcio.

Crece el rumor sobre una estrategia para detener el 'Brexit'

ECONOMÍA

Reino Unido y la Unión Europea inician hoy la última ronda de negociaciones de la salida británica antes de que el Consejo decida si ha habido avances suficientes para pasar a la siguiente fase, la del análisis del nuevo encaje comercial. De no producirse el "milagro" que Jean-Claude Juncker invocaba tras la tanda más reciente, el proceso se retrasará, como mínimo, hasta final de año, un desenlace que, en circunstancias normales, preocuparía a un país al que se le acaba el tiempo para evitar un divorcio caótico.

May reitera que su Gobierno la apoya, pero su círculo intenta evitar el magnicidio

La demanda de unidad por la negociación del 'Brexit' podría jugar a favor de la 'premier'

Un divorcio que va para largo

Las diferencias del Gobierno británico en materia de Brexit han llegado hasta la Eurocámara, que ha resuelto que la negociación no debería pasar a la siguiente fase salvo que haya un "hito considerable". Aunque la votación, respaldada ayer por una apabullante mayoría de 557 diputados, no es vinculante, revela la temperatura política del bloque y confirma la dificultad de un proceso que continúa estancado.