Economía

La Eurocámara certifica la parálisis de las negociaciones del Brexit

El negociador jefe de la Unión Europea para el Brexit, Michel Barnier. Foto: Efe.

Las diferencias del Gobierno británico en materia de Brexit han llegado hasta la Eurocámara, que ha resuelto que la negociación no debería pasar a la siguiente fase salvo que haya un "hito considerable". Aunque la votación, respaldada ayer por una apabullante mayoría de 557 diputados, no es vinculante, revela la temperatura política del bloque y confirma la dificultad de un proceso que continúa estancado.

Para los europarlamentarios, la evidente división del Ejecutivo será la responsable del incumplimiento del calendario inicialmente fijado, el que aspiraba a evaluar la nueva relación a partir de octubre. El propio negociador jefe de la UE lo constataba ayer en la Eurocámara, donde reiteró que no ha habido "progresos suficientes" para hablar del futuro encaje de la segunda economía del continente en el mayor bloque comercial del mundo.

Para mayor escarnio del Ejecutivo de Theresa May, Michel Barnier expresó su preocupación ante las "serias discrepancias" que todavía mantienen las partes, "especialmente en la negociación financiera", a pesar de que, al norte del Canal de la Mancha, los tres mosqueteros del Brexit -el titular de Exteriores, el del Departamento de Salida y el de Comercio Internacional- apelaban durante el congreso anual de los conservadores a superar el "pesimismo" ante el divorcio.

Estrategias muy diferentes

La disparidad de estrategias es palpable. Frente a las invocaciones más patrióticas de eurófobos como Boris Johnson, quien tras haber coqueteado con forzar su despido de la oficina de Exteriores proponía este martes "que el león británico ruja de nuevo", Barnier se ceñía a la asepsia matemática para recordar a Londres su obligación de pagar por los compromisos asumidos como miembro.

A prácticamente cinco días de la quinta ronda de conversaciones, la última antes del Consejo Europeo que decidirá si autoriza el avance del proceso a la siguiente fase, las diferencias continúan tanto en ciudadanía, con Barnier insistiendo en que el Tribunal Europeo "garantice" los derechos, como en frontera con Irlanda y, sobre todo, factura por el divorcio. Así, el negociador de la UE fue ayer muy claro: "Nunca aceptaremos que 27 paguen por lo que habían decidido 28".

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